sábado, 15 de noviembre de 2008
Ríos de vida
Hoy la cosa va de ríos. Paseando junto a mi perezoso Guadalquivir he recordado lo que tantos poetas han dicho sobre el fluir del agua: nuestra vida es un río sin vuelta atrás. No importa que haya presas o remansos. Fluye y fluye, y ese constante fluir nos acerca cada día un poco más al mar.
A veces, se podría decir que más que río somos tierra o puente. Es cuando vemos nuestra vida pasar. Pasar para no volver más.
Quién pudiera entonces remontar la corriente, y volver atrás, para ver y sentir de nuevo aquellos barrancos y aquellas piedras que un trecho más arriba nos hicieron vibrar.
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir.
Allí van los señoríos
derechos a se acabar
e consumir.
Jorge Manrique
Huyen el lento día y la noche serena
Mas nunca vuelven
Los tiempos que pasaron ni el amor ni la pena
El puente Mirabeau mira pasar el Sena
G. Apollinaire
El río Guadalquivir
va entre naranjos y olivos
Los dos ríos de Granada
bajan de la nieve al trigo.
¡Ay, amor,
que se fue y no vino!
F. García Lorca
Pasa la vida
igual que pasa la corriente
cuando el río busca el mar
Raimundo Amador
El río es pasar, pasar
y ver todo de pasada;
nacer en la madrugada
de un manantial transparente
y morirse tristemente
sobre una arena salada
M. Benítez Carrasco
Pero todos estos son poemas un poco tristes ¿no?
Hay uno sobre un río y un puente que me resulta muy vitalista y alegre. Es en realidad una canción del grupo extremeño Perroflauta, en el que participan Luis Pastor y Kepa Junkera.
Dice así:
Por mis ojos pasa el Guadiana
por mi risa pasa la gente
por mi sueño pasa la vida
y yo paso por el puente...
Chimurenga del Guadiana (Perroflauta, Luis Pastor y Kepa Junquera)
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Querido amigo hoy por fin pude entrar en tu blog...
ResponderEliminarLa madurez hace al hombre más espectador que autor y a veces, más autor que espectador.
María José
Gracias Mª José por visitar mi blog y dejar tu comentario. Aparte de Gerardo "el ubicuo", nadie había dejado comentarios hasta ahora. Espero que se empiece a animar.
ResponderEliminarSí, tienes razón. Podríamos decir que la madurez nos hace en un cierto sentido más espectadores que partícipes, y en otro sentido nos da la posibilidad de ser más "autores", pues esa madurez nos da la posibilidad de aportar algo extraído de nuestraa experiencia y sabiduría.
Juanma