jueves, 24 de junio de 2010

Ciencia versus Tecnología


Me gusta el diario Público. Creo que es un periódico que ayuda a construir tanto el conocimiento en general como el pensamiento crítico en particular. En sus páginas nunca ha habido espacio, por ejemplo, para la usual sección de horóscopos presente en la mayoría de otros periódicos.

Algunos pensarán que se trata sólo de un poco de divertimento al que no se le debe dar mayor importancia. No opino así. Ese juego con el pensamiento mágico y la superstición sólo ayuda a mantener lo irracional en nuestro pensamiento.

Me gusta también “el Público” porque, a diferencia de otros diarios, mantiene desde su fundación una sección fija relativamente importante dedicada a la Ciencia, sección que cuenta con colaboradores habituales de la talla de Delibes (hijo), Bermúdez de Castro, Carlo Frabetti, etc.

Yo sé que cada uno tiene sus preferencias al leer un periódico. Hay por ejemplo quien aterriza directamente en las páginas de Deportes (no sabría explicar por qué, pero hace muchos años que yo perdí todo interés en esta materia; por cierto ¿cómo va el mundial? Ni se os ocurra responder).

Hay otros que buscan rápidamente en el periódico las páginas de Economía, Dinero, etc (tampoco es mi caso; confieso mi usual falta de interés por esta sección). Y hay otros, en fin, que van a Internacional, a Política, al Tiempo... o al Crucigrama. Allá cada uno. En mi caso, no es que sean las primeras páginas que visito, pero cuando compro “el Público”, no dejo de leer los interesantes artículos de la sección de Ciencia. Creo que aprendo mucho: sobre el universo, sobre la Tierra, sobre el humán, sobre mil cosas.

Quiero hoy hablar aquí de unas reflexiones suscitadas a cuento de la columna del día 20 de Carlo Frabetti en este diario. Su título: "¿Qué es la teconología?”. En este breve artículo venía a decir Frabetti que Ciencia y Tecnología son lo mismo. Probablemente la brevedad del texto no le permitió desarrollar debidamente todo lo que quería decir. Estoy seguro de que este hombre, que entre otras muchas actividades se dedica a la divulgación científica, sabe mucho más que yo de todo esto. Pero no lo entendí, o en relación con lo que entendí, no estoy de acuerdo.

Decía él que “La ciencia y la tecnología no se pueden definir por separado porque no son cosas separadas ni separables”, aunque afirmaba más adelante, en la misma frase, que son: “aspectos complementarios de un mismo proceso”.

Está claro que el avance de la ciencia actual requiere cada vez más de la tecnología, tecnología que se ha desarrollado precisamente gracias a los avances de la ciencia. Me refiero, claro está, a todo el aparataje: informático, aeroespacial, biogenética, CERN, etc, etc, etc. Pero al margen de su connatural imbricación, yo opino que Ciencia y Tecnología son dos cosas bien diferentes. Tan diferentes que, por ejemplo, yo nunca he tenido ninguna duda sobre la necesidad y conveniencia del avance de la Ciencia en todos los sentidos. Albergo en cambio muchas dudas sobre que el progreso tecnológico, cualquier progreso tecnológico, sea siempre deseable.

La ciencia nos ha permitido saber mucho sobre la resistencia de los materiales, la plasticidad de algunas estructuras constructivas, etc, pero ¿es necesario construir torres tan elevadas como la última de Dubai sólo porque sabemos hacerlo?

La ciencia nos ha desentrañado la estructura y el comportamiento del núcleo atómico, pero ¿fue necesario construir bombas atómicas (y si me apuran, centrales nucleares) sólo porque sabemos hacerlo? También podemos, o podremos en breve, clonar personas: ¿será bueno hacerlo?

Son sólo tres ejemplos, y no sé si muy bien emplazados, pero a lo que voy es que creo que a la Ciencia hay que despejarle todos los obstáculos y estar siempre abiertos a lo que nos descubra. Esa apertura de nuestra mente será una medida de nuestra grandeza. A la Tecnología en cambio, habría que atarla corto (si eso es posible) por el daño tan tremendo que puede hacer a la Humanidad.

Quizás todo esto no es más que una prueba más de mi pesimismo ontológico (y al hilo de esto, aprovecho para homenajear al gran pesimista utópico fallecido recientemente que fue José Saramago).

En fin ¿qué opináis vosotros de la Ciencia? ¿y de la Tecnología? Este blog está abierto 24 horas (menos cuando falla blogger, como fue el caso ayer miércoles cuando debía haber subido esta entrada).

domingo, 20 de junio de 2010

¿Hasta cuándo la impunidad?

Es probable que lo hayais visto en algún otro lugar. No obstante, aquí os lo dejo.

Se trata de un video de 9 minutos que ha elaborado la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica.



Información recibida vía Rincón Solidario de IES Gran Capitán

lunes, 14 de junio de 2010

El humán; ¿un nuevo dios?


He concluido recientemente la lectura de un libro interesantísimo con motivo de mi participación, que ya conocéis, en el club de lectura de ensayo de la biblioteca. Su título es “La naturaleza humana” de Jesús Mosterín, y recomiendo vivamente su lectura.

Mosterín es presentado como un filósofo, pero este libro no es de filosofía; más bien de ciencia. Por supuesto no quiero decir con ello que la filosofía no sea científica.

Lo que se propone este libro es, como su título índica, presentarnos cuál es, a la luz del conocimiento que las distintas ramas de la ciencia han alcanzado al día de hoy (particularmente en los últimos tiempos la biología, la genética y la neurología), cuál es digo, la mejor definición sobre lo que es la naturaleza humana. Es decir, qué es el “humán” (término, que sabiamente es propuesto por el autor en lugar del mal utilizado en castellano “hombre”) y cual es su verdadero lugar y relación con otras especies.

El libro nos habla de la evolución, y nos deja bien claro que no se trata ya de una “teoría de la evolución” sino que hay un largo listado de evidencias científicas que demuestran cómo la vida emprendió hace varios miles de millones de años un proceso de progresión y complicación que ha desembocado, en un extremo de una de las miles de ramas de su árbol, en la especie humana.

También habla Mosterín de biología, mucha biología, de genética, bastante genética, y habla de lenguaje, y cultura, y comportamiento sexual, etc. Y como digo, para mí, con el resultado de un libro magnífico.

Pero hete aquí que de lo que quiero hablar es de un capítulo, hacia el final del libro, que me ha provocado grandemente, y que después de varios días y segunda lectura, sigo sin poder asumir. El capítulo se titula “Reproducción y Eugenesia” y estoy en profundo desacuerdo con la postura del autor.

Para comprender su postura, reproduzco literalmente algunas de sus frases:

- “Frente al control de la natalidad, que tiene como meta el control cuantitativo de la reproducción, la eugenesia pretende más bien su control cualitativo

- “La eugenesia es la manipulación de la reproducción humana con el objetivo de obtener buenos nacimientos, es decir, nacimientos de crías que incorporen ciertas características hereditarias consideradas deseables, como la salud y la inteligencia, y eviten otras claramente indeseables, como la imbecilidad, la tendencia criminal o la enfermedad congénita grave

Más adelante, nos deja clara cuales son las diferencias entre la eugenesia totalitaria (practicada por los gobiernos) y la eugenesia liberal (practicada por los individuos), y las diferencias entre la eugenesia negativa y la eugenesia positiva , que no se refieren, por supuesto, a juicios de valor por su parte, sino al tipo de objetivo buscado. La eugenesia negativa sería la que se realiza cuando se deshechan embriones con enfermedades graves, como por ejemplo el sindrome Down, etc. También la que valiéndose de técnicas de ingeniería genética y el trabajo con células madre está resolviendo problemas con enfermedades hereditarias que no tienen otra cura (por mi parte nada que objetar a este grupo de prácticas negativas). La eugenesia positiva es la que busca, no ya desechar enfermedades o malformaciones, sino potenciar cualidades y propiedades deseables.

Reproduzco de nuevo a Mosterín:

- “La ingeniería genética permitirá a la larga introducir en el genoma de nuestros descendientes genes que confieran inmunidad frente a enfermedades temibles o desagradables e incluso genes que potencien propiedades deseables como el vigor, la agilidad, la inteligencia o la memoria

- “Es probable que en el futuro se desarrollen técnicas para interferirse en el zigoto, añadiéndole artificialmente genes que compensen sus carencias previamente detectadas

Mosterín, que se muestra en todo momento bastante honrado (lo mismo que yo pretendo en estos momentos) se hace eco de algunas posiciones contrarias a esta eugenesia positiva. Singularmente recoge sobre todo dos, que son la de F. Fukuyama (mira por donde, nunca pude imaginar que iba a coincidir en algo con este hombre) y la de J.Habermas.

Me centro en este último, que definió su postura en este asunto en una obra titulada “El futuro de la naturaleza humana: ¿hacia una eugenesia liberal?”. No lo he leído pero lo intentaré en el futuro. En cualquier caso, y según la cita del propio Mosterín, dice Habermas: “el hecho de que la fecundación se produzca al azar y no pueda ser influida ni manipulada, la falta de disponibilidad del propio inicio, es la base de nuestra autoconciencia como individuos morales, responsables e iguales. La ingeniería genética eugenésica introduciría una asimetría entre los manipuladores (los padres) y los manipulados (los hijos) e incluso difuminaría la distinción entre sujeto y objeto”.

Creo que el error de algunos científicos es que, habiendo quedado ya completamente despejado el olimpo de todo tipo de dioses, han visto hueco para convertir al humán en una nueva especie de dios capaz de recrearse a sí mismo, no a su imagen y semejanza, sino según su deseo y conveniencia (incluso interés).

Yo no creo que el hombre deba jugar a eso, y estoy con Habermas en que debemos conservar clara, por ahora, la distinción entre lo que somos cuando somos sujeto, y lo que somos cuando somos objeto. Y esto me lleva a recordar otro tema sobre el que algún día volveré en este blog: me refiero al asunto de la conciencia, de la “yoidad”, pero lo dejo para otra entrada, que esta ya pasa del folio.

PD: espero sobre todo, los comentarios de mi buen amigo Behavi, que tiene ya por méritos propios reservada una silla en esta mesa, y que, por otra parte, sabe de estos temas bastante más que yo.

viernes, 11 de junio de 2010

Acepto la rebaja de un 5% de mi sueldo


A cuento del asunto de la reducción de sueldo para los funcionarios, quiero hacer aquí públicas unas reflexiones que hice antes en otro lugar.

Quiero dejar claro que no estoy en contra de que me rebajen un 5% el sueldo. A pesar de ello, y aunque pueda parecer contradictorio, hice huelga el pasado martes 8 de junio. En cambio tengo compañeros radicalmente en contra de que le toquen el sueldo pero que no hicieron huelga (probablemente para que precisamente no se lo tocaran descontándole, lógicamente, el dinero correspondiente a un día de huelga).

En fin, que hice huelga, pero acepto renunciar a un 5% de mi sueldo ¿por qué? porque soy solidario; así entiendo yo la solidaridad. En cierto modo tengo que aceptar que soy un privilegiado: tengo sueldo fijo, y no me pagan mal. Soy consciente de que hay mucha gente (mucha, muchísima) que vive peor que yo, y creo que puedo soportar, si eso va a servir para remediarlo en algo, ganar un 5% menos.

Ahora bien, como digo, hice huelga, ¿por qué? porque contra lo que protesto es contra la cobardía de estos gobernantes (aunque tengo muy muy claro que otros serían peores) que no meten mano como debían a los causantes de esta crisis, la banca, el capital, los ricos de este mundo.

Creo que:
  • hay que aumentar los impuestos (y si a mi me toca un poco más, lo aceptaré) para que paguen mucho más lo que más tienen.
  • hay que poner impuestos a las transacciones financieras (especulativas casi todas últimamente desde que el sistema capitalista ha dejado de ser productivo para ser especulativo)
  • hay que poner un límite al sueldo de ejecutivos y brokers de la bolsa, y fijarles unos principios de responsabilidad penal por lo que hacen (a menudo hundir empresas y/o países por obtener fáciles beneficios a través del movimiento de grandes capitales)
  • hay que hacer un largo etcétera, que incluye... CAMBIAR EL SISTEMA

Por todo ello hice huelga, no porque no esté dispuesto a ceder un 5% de mi sueldo, porque sí lo estoy, porque soy un privilegiado.

Y creo que la mayoría de los que vais a leer esto, TAMBIÉN LO SOIS.
Pensad en ello

sábado, 5 de junio de 2010

Planeta en peligro


Hoy se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. Esta celebración quedó establecida por la Resolución XXVII de la Asamblea General de Naciones Unidas de 15 de diciembre de 1972, con la que se dio inicio a la Conferencia de Estocolmo cuyo tema central fue el Medio Ambiente.

El grado de conciencia de la población mundial respecto a los problemas de la degradación ambiental es indudablemente mayor cada día. Una de las causas (viéndolo negativamente) es que de hecho la degradación ambiental es cada vez mayor y sus evidencias cada vez más innegables.

El cambio climático, por ejemplo, es algo aceptado ya por la inmensa mayoría de los políticos (si exceptuamos a Aznar y a algún otro), por la mayor parte de los científicos (igualmente hay que exceptuar a los pagados por los lobbies del petróleo y a algún otro), y por la inmensa mayoría de la ciudadanía.

Otra de las causas del aumento de concienciación medioambiental (viéndolo positivamente) es la impagable labor que han venido desarrollando toda clase de colectivos ecologistas a lo largo y ancho de este mundo. Esos locos ecologistas de los años 60 y 70 son percibidos ahora como los profetas del peligro y se reconoce su acción y su activismo como algo muy positivo. Si no hubieran existido, habría que inventarlos inmediatamente.

Pero la concienciación está resultando todavía insuficiente para frenar la degradación. Quizás este mundo no regrese ya nunca a un estado similar al de hace 300 años, pero ¿conseguiremos al menos que se quede como está? La codicia del sistema capitalista es infinita. Donde haya beneficios no importará la degradación, parecen pensar las empresas. ¿Qué decir, por ejemplo, de lo que está pasando en el Golfo de México? Mientras esto leéis sigue manando petróleo y emponzoñándose un poco más el planeta. Aquello quizás parezca lejano; siempre puede parece lejano. Pero lo cierto es que Gaia, nuestra casa común, es cada vez más pequeña. Y si siempre fue cierto que todo lo ocurrido al planeta nos afectaba, ahora, con la globalización en todos los sentidos, eso es más que evidente.

Hay que practicar de una vez por todas, es decir obligar a las empresas a practicar de una vez por todas, el principio de precaución. Todas las actividades de explotación que implican un cierto peligro, deben ser imaginadas bajo el peor de los escenarios. La energía nuclear, por ejemplo, que últimamente vuelve a contar con muchos defensores (para su vergüenza, uno es Felipe González; y ya he nombrado a dos de nuestros expresidentes) implica unos peligros desmesurados que, no ya nosostros, sino las generaciones futuras, no tienen por qué asumir. Pensemos en un terremoto que parta en dos el núcleo de una central. O pensemos, efectivamente, en la posibilidad de un ataque terrorista. No se pueden correr esos riesgos.

Si queremos que este mundo siga siendo habitable en el futuro, debemos dejar de crecer, dejar de querer siempre un poco más, porque crecer y/o querer más, es destruir. Y no penséis que todo lo han de hacer los políticos y que de nada valen las acciones individuales. Al contrario: todo es la suma de algo menor, y los actos individuales son el inicio.

Hoy quiero recordar que también se cumplen 21 años de un pequeño acto que dio la vuelta al mundo y que ¿no sirvió de nada? Claro que sirvió. Me refiero a la acción de aquel “rebelde desconocido" que detuvo por cerca de media hora a una columna de tanques durante la Revuelta de la Plaza de Tiananmen.

jueves, 3 de junio de 2010

Muertes que no deben quedar impunes


Israel (tanto da decir el gobierno, como el estado de Israel) sigue haciendo aquello a lo que nos tiene acostumbrados. En esta ocasión son finalmente 9 los muertos que ha causado en su asalto a la flotilla de barcos que intentaba pacíficamente romper el bloqueo al que está sometida la población de Gaza (millón y medio de personas que componen la mayor cárcel que nunca ha existido). ¿Qué llevaba esta flotilla?: una peligrosa carga de 10.000 toneladas de ayuda humanitaria compuesta por material médico, comida, ropa, casas prefabricadas, juguetes para niños, y acero y cemento para la construcción. Y libros.

Para Israel no hay legalidad, no hay ética, no hay justicia que valga. Ahí están adornando los libros de historia las numerosas resoluciones que la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de la ONU, a pesar del veto que en su defensa suele ejercer USA, han aprobado en su contra desde el año 1947 hasta la próxima que se apruebe dentro de unos días.

¿Qué pasa con este país? ¿Cómo puede la comunidad internacional seguir aceptando su comportamiento y que practicamente no pase nada? ¿Es que va a ser verdad que de alguna manera son un pueblo escogido?

Estoy empezando a creer que sí, que son "un pueblo especial". Como mínimo son un pueblo que enrocado sobre sí mismo resulta incapaz, en su mayoría, de ver con equidad nada relacionado con "su conflicto". Sólo repiten cansínamente aquello del holocausto (horrenda barbaridad que sufrieron en su tiempo) y aquesto del odio que sufren por parte de sus pueblos vecinos. Cómo si no supieran que EL ODIO SE SIEMBRA. Y están resultando unos magníficos agricultores orgullosos de su exitosa cosecha.

¿Qué podemos hacer desde aquí? Pues entre otras cosas firmar iniciativas de apoyo como las dos que os pongo al final de este comentario, y crear opinión; crear opinión pública que haga cada vez más clamoroso el grito de apoyo al sufriente pueblo palestino y de exigencia de una justicia internacional que juzque de una vez por todas al estado de Israel.

Cuánto me gustaría ver algún día sentados en el banquillo de los acusados a sus gobernantes. Pero con gobiernos tan cobardes como por ejemplo el gobierno español, que en su momento ante el cariz que estaba tomando la admisión a trámite por parte de la Audiencia Nacional de una querella contra militares israelíes por una matanza perpetrada a civiles palestinos en el año 2000 decidió cambiar la legislación española para impedir que casos como ese fueran juzgados aquí, con políticos tan cobardes digo, no creo que eso llegue pronto.

En fin: firmemos. Aquí os dejo la iniciativa de Amnistía Internacional, y también la de AVAAZ.org que ya va camino de las 400.000 firmas.

Paz y Salud.