sábado, 27 de octubre de 2012

Sólo se vive una vez

Sí, sólo se vive una vez, y no hay más cera que la que arde. Es decir, la vida es corta, son tres días, y ya estamos en el segundo por la tarde.

El refranero popular es bastante sabio en relación con las cosas prácticas, las cosas reales de la vida.

Yo no niego que haya gente a la que le gusta creer en la existencia de otra vida tras la muerte, o en la posibilidad de un regreso a ésta tras una supuesta reencarnación (en otro cuerpo de animal o persona). En fin, no niego que haya gente que se eche todo tipo de pajas mentales alimentadas por la religión para combatir la ansiedad que les provoca la muerte. Pero sinceramente, yo no creo que lo crean de verdad.
Cualquiera con mínimos estudios y mediana formación sabe en su fuero interno que no hay nada tras la muerte. Eso no quiere decir que nos tengamos que angustiar por ello.

La lectura en estos días de una obra de Emilio Lledó sobre la filosofía de Epicuro titulada precisamente "El epicureismo" me ha hecho recordar mi primera aproximación, allá por los lejanos años de mi bachillerato, a esta forma tan práctica de entender la vida.

Frente a las elucubraciones filosóficas de Platón y de Aristóteles, que siempre me costó entender (sobre todo las del primero), el pensamiento de Epicuro me resulta auténtico. Y quiero decir: real, veraz, pensamiento sobre la vida misma, en ausencia total de "pajas mentales".

Según el llamado tetraphármakos de Epicuro:
  1. La divinidad no es de temer
  2. La muerte es insensible
  3. El bien (la felicidad) es fácil de alcanzar
  4. El mal (el dolor) es fácil de soportar
4 -> DOLOR. Para evitar el dolor hay que llegar a la ataraxia. La ataraxia es la tranquilidad del ánimo y se logra mediante la autosuficiencia. No se trata de no necesitar al mundo, se trata de estar preparado para las privaciones, las sinrazones, las decepciones que nos provoca.

3 -> FELICIDAD. El timorato, el angustiado por la muerte, el creyente, se mostrará siempre incapaz de alcanzar la felicidad en este mundo. Todo queda pospuesto para esa supuesta vida eterna tras la muerte. En cambio para los sabios, y me refiero a los que saben aplicar la sabiduría a la vida, la gozosa felicidad sólo es de este mundo y es fácil de alcanzar cuando se distinguen los deseos vanos de los deseos naturales y necesarios para (1) evitar el dolor y (2) lograr la felicidad.

2 -> MUERTE. Respecto a la muerte: "... no es nada en relación a nosotros. Porque todo bien y todo mal está en la sensación; ahora bien, la muerte es privación de sensación". O lo que es lo mismo: cuando tú estás, la muerte no llega; cuando la muerte llega, tú ya no estás. Así que no deberíamos preocuparnos por ella.

1 -> DIOS. Aquí voy más allá que Epicuro. No es que no haya que temer a la divinidad; es que dios no existe. Dios existe sólo si así lo queremos. Los dioses fueron creados a imagen y semejanza de los hombres, y fueron creados para explicar el mundo cuando el mundo no podía todavía ser explicado por el conocimiento. No es que ya tengamos respuesta para todo, pero sí la tenemos para Dios. Dios es una creación de nuestra mente. Si sólo sirve para atemorizarnos o para postergar nuestro acceso a la felicidad, acabemos con él y gocemos aquí y ahora.

Ahora bien, el hedonismo, la reivindicación del placer en esta vida, no debe ser confundido con el egoísmo.
No me extenderé sobre ello, pero en mi opinión no es posible alcanzar el placer y la felicidad al margen y/o por encima de nuestros semejantes.

No hay felicidad posible sin amor, sin amistad, sin solidaridad.

Como dijo Pablo Milanés:

La vida no vale nada
si no es para perecer
porque otros puedan tener
lo que uno disfruta y ama.

[...] La vida no vale nada
si escucho un grito mortal
y no es capaz de tocar
mi corazón que se apaga
.


Os dejo con su canción (en realidad el LP completo)


jueves, 4 de octubre de 2012

Nuestra decadente clase política

Me ha encantado leer el auto del Juez Pedráz hecho público esta misma mañana en el que archiva la causa contra los 8 imputados por promover presuntamente las movilizaciones del 25-S que pretendían de forma simbólica, "rodear" el Congreso de los Diputados.

A veces la justicia nos da una alegría.


Dice entre otras cosas el auto del juez:

Y, desde luego, el hecho de convocar bajo los lemas de "rodear, permanecer de forma indefinida …, exigir un proceso de destitución y ruptura del régimen vigente, mediante la dimisión del Gobierno en pleno, disolución de las Cortes y de la Jefatura v del Estado, abolición de la actual Constitución e iniciar un proceso de constitución de un nuevo sistema de organización política, económica o social" en modo alguno puede ser constitutivo de delito, ya no solo porque no existe tal delito en nuestra legislación penal, sino porque de existir atentaría claramente al derecho 7 fundamental de libertad de expresión, pues hay que convenir que no cabe prohibir el elogio o la defensa de ideas o doctrinas, por más que éstas se alejen o incluso pongan en cuestión el marco constitucional, ni, menos aún, de prohibir la expresión de opiniones subjetivas sobre acontecimientos históricos o de actualidad, máxime ANTE LA CONVENIDA DECADENCIA DE LA DENOMINADA CLASE POLÍTICA

(las mayúsculas son mías).

Y digo yo: ¡OLE tus huevos, Santiago Pedraz! Hoy brindaré a tu salud