miércoles, 21 de diciembre de 2011

“Homo videns”; el hombre televidente

Por el título de esta entrada alguno ya habrá intuido que voy a hablar, si es que lo conoce, del libro “Homo videns. La sociedad teledirigida”, del italiano Giovanni Satori.

Acabo de leer esta obra (no muy actual por cierto, pues es del año 1998), con motivo de mi participación en los clubes de lectura de ensayo de la Red Municipal de Bibliotecas de Córdoba.

Tengo que decir que la tesis de este autor es cuando menos provocadora y sugerente, aunque también, inexacta por exagerada. No otra cosa sino exageradas resultan algunas afirmaciones de Sartori como las que siguen: “la televisión modifica radicalmente y empobrece el aparato cognoscitivo del homo sapiens”; o un poco más adelante: “estoy más convencido que nunca de la tesis de que nos encontramos en un momento de mutación genética”.

¿Mutación genética?. Venga, por favor, no será para tanto.

Coincido con el autor en muchas de las cosas que comenta en su obra. En otras, en cambio, resulta muy desfasado, como cuando habla de los ordenadores y la cultura de internet. En este terreno, por ejemplo, Sartori opina que la televisión y los ordenadores son muy diferentes porque: “(...) la tv nos muestra imágenes de cosas reales, es fotografía y cinematografía de lo que existe. Por el contrario, el ordenador cibernético (sic) nos enseña imágenes imaginarias”.

No creo que esa sea una diferencia real. Creo más bien que los ordenadores, la consecuente revolución de las telecomunicaciones y el acceso universal e inmediato a toda clase de contenidos, han dado lugar a un cambio mucho más importante, y quizás más grave, que tiene que ver con la cadena: inmediatez de los actos → discontinuidad de los procesos → inconsistencia y futilidad de los pensamientos.

Tengo bastantes esperanzas en que se me aclaren estas ideas próximamente cuando, como es mi intención, lea la obra de Nicholas Carr: Superficiales: ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?. Tendréis noticia de ello.

Pero volviendo al homo videns, creo que Sartori, como otros muchos antes en muchas otras ocasiones (y así seguirá ocurriendo), confunde el medio o la herramienta en sí, con su uso. Yo opino que la televisión, es decir, la visión transmitida a distancia a través de un proceso que requiere la participación de aparatos emisores de ondas y de aparatos receptores de las mismas ondas, es básicamente un avance tecnológico. De hecho, un gran avance tecnológico muy útil para la especie humana. Lo que no está tan claro es que el uso que se hace de la televisión, es decir, su instrumentación, esté siendo positiva para la humanidad. Es decir, que lo que hay que analizar y criticar no es la técnica de la visión teletransmitida, como hace Sartori, sino su uso concreto por este sistema y por las grandes cadenas estatales o privadas de TV, cadenas por otra parte, cada vez más concentradas en manos de menos gente. En realidad, como tantos otros sectores de la industria de la información y el entretenimiento, ¿no es así?.

Cuando hablamos de “telebasura”, y está claro que gran parte de la televisión es basura, hablamos de la instrumentación, no de la técnica. De hecho todo el mundo es consciente de que la televisión, en ocasiones, puede brindar magníficos programas.

Hay algo muy cierto en la argumentación de Sartori y es que frente a la lectura, que implica un cierto esfuerzo, la visión de imágenes a través de la tv es de consumo fácil y favorece las actitudes estrictamente receptivas, no participativas. Aunque en este sentido, habría que preguntarse por qué no incluye Sartori en esta crítica también al cine.

En fin, tiene razón Sartori cuando afirma que la lectura implica un uso del intelecto y un esfuerzo en la construcción de imágenes mentales que no es necesario con el consumo de imágenes en una pantalla. Ese uso del intelecto en la lectura, es cierto, favorece y amplía la capacidad de abstracción. Pero tendría que aceptar Sartori que el consumo de imágenes en pantalla desarrolla en cambio otras capacidades cognoscitivas. No hay más que ver cómo se ha desarrollado en los jóvenes de hoy en día, acostumbrados como están desde niños al consumo de televisión y juegos de ordenador, la capacidad de orientación espacial y de interpretación de espacios virtuales.

No estoy intentando ni mucho menos, defender aquí la televisión tal como es actualmente. En todo caso creo que en España en los últimos tiempos ha mejorado bastante con la nueva ley que ha permitido a las cadenas públicas estatales no depender de los niveles de audiencia ni de la publicidad. Con ello se han librado de la necesidad de competir con esos programas de consumo popular y escasísimo nivel intelectual tan frecuentes en otras cadenas.

En resumidas cuentas, en mi opinión, creo que la televisión puede ser un instrumento muy útil tanto para la información como para la formación y el desarrollo cultural de las personas, pero también puede ser así mismo (quizás lo esté siendo) un instrumento muy práctico para el adoctrinamiento y la alienación de los individuos.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Derechos Humanos Universales. 63 años de espera



¿Alcanzaremos a ver algún día que los llamados "derechos humanos universales" lleguen a ser verdaderamente universales?
En todo caso, como dice Galeano, nunca nos arrebatarán el derecho a soñar.