domingo, 1 de agosto de 2010

Saber mentir

¿Es bueno saber mentir? ¿Es imprescindible mentir alguna vez?

La casualidad me ha hecho ver casi seguidas dos películas que me han dado a pensar sobre esta cuestión. La primera la vi hace un par de noches en el cine de verano. (Por cierto, en Córdoba el cine de verano sí que debería ser declarado Bien de Interés Cultural y establecerse alguna fórmula de protección para que no desaparezca ninguno más de los cuatro cines que aún nos quedan). El título de esta primera película a la que me refiero es “La vida privada de Pippa Lee”. Su directora, Rebecca Muller, y la actriz principal Robin Wright Penn a quien yo conocía por su intervención en “Nueve vidas” de Rodrigo García.

A lo que voy; en esta película hay un momento en que el personaje femenino principal está manteniendo una conversación tipo “primeras confesiones” con un chico bastante más joven que ella (papel que desempeña Keanu Reeves) y le pregunta por cuáles son sus defectos. Éste permanece callado con una mirada un tanto misteriosa, o también quizás como de haber sido pillado in-fraganti. Tras estos segundos de expectación ella dice; “ya sé, no sabes mentir”.

La otra película la vi al día siguiente en la tele. Su título: ”La prueba” (The recruit). En ella intervienen Al Pacino, cuyo papel es el de una especie de entrenador de la CIA, y Collin Farrel, que hace de agente en formación. Durante toda la peli se habla frecuentemente del arte de mentir. Se repite a menudo la expresión “nada es lo que parece”, o más claramente aún: “recuerda que nada es lo que parece”.

Es verdad que la mentira en esta película es una mentira muy profesional, es la mentira que debe aprender a dominar el agente de la Cía, la mentira del espía. Pero también durante el desarrollo de la historia se hace importante la práctica de una mentira más personal, una mentira relacionada con los sentimientos. Y es que el argumento quiso que dos agentes en formación, hombre y mujer, además de enamorarse recíprocamente, sean manipulados por sus jefes para que desconfien el uno del otro y cada uno crea que es el otro quien miente.

Es una cuestión sobre la que he pensado en bastantes ocasiones a lo largo de mi vida, y es que si es cierto que la mentira es una arte, yo sólo he aprendido, y con mucho esfuerzo, lo básico para sobrevivir. Ya deberíais saber los que me seguís que me considero, al menos en un cierto sentido, un idealista empedernido. Que creo, quizás indebidamente, en el poder siempre benefactor y sanador de la verdad. Por ejemplo, respecto a mí, siempre preferiré que se me diga la verdad cruda antes que una mentira piadosa.

Desgraciadamente también he aprendido que no se puede ir por este mundo siempre a pecho descubierto, y que si no aprendes a mentir un mínimo, serás demasiado frágil para el juego. La clave está en controlar ese mínimo, y en poner a trabajar, siempre que se pueda, a la verdad sanadora.

Opino, efectivamente, que la verdad nos hace libres, y que como canta Atahualpa Yupanki, ... nos entra al corazón, se queda y no se va más.

Atahualpa Yupanqui - La pura verdad
(última canción que grabó)




5 comentarios:

  1. Nos cruzamos el otro día cuando tú salías de la primera función del cine de verano y yo iba llegando a la segunda. Me llama la atención que te hayas fijado en esa parte donde la chica le dice al chico que no sabe mentir, porque yo también me identifiqué con eso. Me pasa como al personaje de la peli, que tengo el gran defecto de no saber mentir. Y digo defecto porque como apuntas, si no has aprendido a mentir ese mínimo imprescindible para no mostraste al desnudo ante el mundo, eso de ir siempre con la verdad por delante o de ser transparente parece que deja de ser una virtud y juega en contra de uno mismo en muchas ocasiones. Por cieto, también para mí, por muy cruel que sea una verdad, nunca lo sera tanto como una mentira, sea piadosa o no. Besos.

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  2. Gracias por hacernos este regalo, Juanma. No conocía esta canción de Atahualpa. Aunque nos atraiga el rechazo de muchos, hay que intentar ser siempre sinceros, no caer en la tentación de mentir solo por conseguir no ser vist@ como amenaza a las mentiras establecidas como verdad. Al final, ser auténtic@ nos hace sentirnos y ser mejor persona.
    Un beso,

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  3. Precisamente esta mañana leí un pasaje de un libro de Eduardo Punset que decía algo así como que los seres humanos mentimos conscientemente mucho menos que inconscientemente. Esto es, que nos mentimos. Nos mentimos más de lo que nos creemos.
    Unos se mienten por conseguir algo que desean fuertemente, otros son tendenciosos porque han construido su vida sobre una base que si descubrieran que es en gran parte falsa, entrarían en una crisis personal que les llevaría a la depresión. otros, personas honestas en la mayoría de sus comportamientos, simplemente suelen interesarse y estudiar con detenimiento aquello que responde a su visión de la realidad pero suelen tener una mirada sesgada y simplista del resto.
    Realmente resulta dificil ser completamente sinceros a estos niveles. Como habéis mencionado películas ahí va una que puede ilustrar lo que comento. Ayer fui a un cine de verano a ver "shutter island". El protagonista cree vivir una realidad y hacia el final de "la peli" se descubre que vive una mentira, victima de un trastorno mental, vive un delirio que para él es totalmente real.¿Hasta que punto nuestras verdades son delirantes?.
    Respecto a las verdades y mentiras conscientes, a mí también me gusta que me digan la verdad aunque duela.Entonces, ahora me toca decir que no me gusta mentir, pero en determinadas circunstancias, cuando preveo que el resultado de una verdad puede chocar con un exceso de fragilidad en el interlocutor/a o determinadas personas pueden manipular de manera demagógica una verdad, quizás sea mejor callar, "salirse por la tangente",...
    Un saludo

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  4. MIENTE CUANDO TENGAS QUE MENTIR Y DI LA VERDAD CUANDO TENGAS QUE DECIRLA...ANTES O LUEGO, TE VA A LLEGAR EL PROBLEMA, MIENTRAS TANTO TE VAS HACIENDO MAS FUERTE PARA AFRONTAR LOS RESULTADOS...

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  5. Hermoso Atahualpa, como ha cambiado el paisaje... todo está mas viejo, los arboles estan mas grandes. Pero eternos, arboles y Atahualpa

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