Cultura y Mercado

Es evidente que siempre ha habido un conflicto entre cultura y mercado, pero en estos tiempos de mercantilismo tan exacerbado, los "productores culturales" no quieren dejar escapar la más mínima oportunidad de obtener beneficios.

La guerra entre los defensores de la cultura como un bien social, como un "bien común", y los defensores de la cultura como una mercancia, como un producto rentabilizable, está servida.

El pasado martes 21 de diciembre se aprobó en la Comisión de Economía y Hacienda del Congreso la Ley de Economía Sostenible (LES). No corrió la misma suerte la llamada "Ley Sinde", en realidad la Disposición final primera de esa misma LES que proponía la Modificación de la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la Información y del Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril, por el que se aprueba Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual.

Durante todo ese día, ante lo abierto de la situación, y sobre todo al final de la tarde, al constatarse el resultado de la votación, en las redes sociales se pudo vivir un enfrentamiento muy intenso entre los dos grupos que he mencionado más arriba.

Algunos destacados "artistas" de este país como Ramoncín, Alejandro Sanz, Álex de la Iglesia, etc, (unos de una manera más desafortunada que otros) dejaron a la vista sus vergüenzas. Por ejemplo A. Sanz dejó dicho en su cuenta en twitter: "Qué cobardes los políticos Españoles, no van a votar la Ley Sinde porque es impopular... Cobardes e hipocritas". Lo que le pasó a continuación fue lo mismo que a Pérez Reverte cuando lo de Moratinos.

Y digo yo, claro está que un artista tiene derecho a vivir de su trabajo, pero ¿cuál es su trabajo?. Está ocurriendo, que en estos tiempos tan mercantilizados, algunos ...agraciados pretenden vivir del cuento, y así, un cantante con suerte que haya parido una canción de éxito, quiere vivir de ella el resto de su vida y recibir dinero cada vez que alguien la escucha, sea cual sea la circunstancia: en su casa, en un pub, en la peluquería, en una boda, ¿en sus sueños?.

No puedo estar de acuerdo con ellos. Claro está que tampoco estoy de acuerdo con algunos profesionales del pirateo, como por ejemplo esos que se dedican a grabar películas de estreno en los cines para subirlas a webs de descarga y obtener beneficio con ello. ¿Habéis visto?, ha vuelto a salir la palabra beneficio.

En realidad el problema de este mundo es la riqueza. Sí, lo digo en serio. Es decir, el problema es que la gente quiere hacerse rica. Y de hecho, esa gente nunca tendrá suficiente. A todos ellos habría que recordarles lo que ya dijo Epicuro hace más de 2000 años: ¿Quieres ser rico? Pues no te afanes en aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia.

Volviendo a los artistas que pretenden cobrar cada vez que escuchamos su canción; ¿os habéis parado a pensar qué pasaría si los fontaneros reclamaran cobrar por cada vez que abrimos el grifo que ellos repararon?, ¿o si los albañiles hicieran lo mismo por cada vez que subimos la escalera que ellos ayudaron a construir?. etc, etc, etc.

Si un pintor no me cobra por cada ocasión en que yo miro su cuadro, ¿por qué algunos cantantes quieren que les pague por cada vez que escucho su canción? Es lógico que si vienen a cantar a mi ciudad, yo pague por escucharlos en directo, pero no por lo demás. Su codicia los está envenenando.

Otra cosa aún peor serían los intermediarios culturales (léase SGAE y otros), pero no me voy a referir a ellos ahora por no llenar esta página de palabrotas. Quizás en otro momento lo haga. Antes, habré de dedicar un buen rato a buscar en el diccionario los sinónimos adecuados a las palabras más usuales que se me vienen a la cabeza para referirme a ellos y que resulten menos sucias.

Además, es probable que palabras tan oscuras no se vieran bien en este blog sobre fondo negro.