martes, 17 de enero de 2012

Ruido en la Red

Hay personas que saben ver el futuro. No me estoy refiriendo, por supuesto, a los embaucadores del horóscopo, etc. No, me refiero a esas privilegiadas mentes científicas que saben ver lo que viene analizando lo que hay.

Hace 15 años Alfons Cornellá empleó por primera vez el término “infoxicación” que definió como una intoxicación por exceso de información, es decir, una incapacidad efectiva de asimilar toda la información que se recibe. En realidad, algo más de 25 años antes, Alvin Toffler en su libro Future Shock ya hablaba de la information overload.

Ambos son, o fueron, ese tipo de personas que supo ver lo que venía.

La información que genera el sistema crece a una velocidad mucho mayor del ritmo al que podemos asimilarla. Según algunos datos que daba Cornellá en una conferencia del año 2000 titulada “Cómo sobrevivir a la infoxicación”, un ciudadano medio norteamericano tenía acceso en los años 60 a unas 18 estaciones de radio, 4 canales de televisión y 4.500 títulos de revistas. Hace 11 años (y sin lugar a dudas que ahora las cifras son muchísimo más elevadas) el mismo ciudadano tenía acceso a 18.000 títulos de revistas, 20 millones de sitios en Internet, 2.400 millones de estaciones de radio en Internet, etc, etc, etc.

Desde la implosión de las redes sociales tipo facebook y sobre todo twitter (en mucho mayor medida de lo que ya ocurriera antes con los blogs) cualquier persona puede convertirse en una fuente de información con capacidad potencial para llegar a varios miles de millones de personas en todo el mundo.

No sé vosotros, pero yo recibo al día unos 50 emailes en mi cuenta personal, otros 50 en mi cuenta del trabajo, y unos 15 o 20 en otra cuenta de correo que uso sólo para las cosas de mi partido. Hay otras varias cuentas que ya nunca abro.

Pero es que además están las notificaciones en Facebook, y sobre todo están los tweets, los mensajes lanzados en Twitter. Yo sólo sigo actualmente a 98 personas; bueno, personas y grupos, instituciones, etc. Pues bien, esas 98 “personas” generan más de 500 tweets diarios que soy incapaz de leer, y sobre todo, de asimilar. No sé cómo hacen los que siguen a varios cientos de personas.

El problema, como dice Cornellá, no es tecnológico. El problema con el que nos enfrentamos es de orden cultural o psicológico, sociológico. Y el problema, añado yo, es también de orden político. El exceso de información está dando a lugar de manera indirecta a ciudadanos cada vez más volátiles, y por ello, más fáciles de manipular. Creemos estar muy bien informados, y lo estamos, de cosas que ocurren en lugares muy distantes del mundo, pero eso da lugar a que frecuentemente no estemos informados de lo que pasa a nuestro lado. Es fácil que mientras firmamos por la defensa de ríos en Ecuador o de bosques en Brasil no nos estemos enterando de la lucha de los trabajadores de la última fábrica cerrada en nuestro entorno.

Es cierto que las nuevas tecnologías y herramientas de la información pueden también ser, y son, muy bien aprovechadas por los grupos críticos con el sistema. A través de esas herramientas (Actuable, Avaaz, etc) nos están llegando constantemente reclamos para nuestra intervención. Y a menudo se logra una reacción exitosa de la opinión pública frente a una tropelía. Pero esa misma velocidad de generación de nuevos reclamos da lugar a que los olvidemos rápidamente.¿quién se acuerda ya de Wikileaks, por ejemplo? o ¿qué ha pasado con el movimiento 15M?

Puedo pareceros pesimista, pero mientras creímos que la información nos haría libres, lo que ha ocurrido es que el exceso de información nos puede estar haciendo más manejables.

No olvidéis ser críticos.


Estos son los cientos de tweets que tengo que leer cada día

3 comentarios:

  1. Hola Juanma,

    Estoy completamente de acuerdo contigo. Pasamos demasiadas horas delante del ordenador. Yo estoy intentando desintoxicarme y dedicarle menos tiempo, porque me he dado cuenta de que hay que racionalizar. Y si hay alguna información que desconozco... tampoco pasa nada.

    Mucha salud,
    Pilar

    ResponderEliminar
  2. QUE BARBARIDAD JUANMA QUE AGOBIOOOOOO

    ResponderEliminar
  3. Como reacción a este tipo de "excesos" y otros relacionados con la aceleración de la vida a todos los niveles surgió el movimiento Slow.
    Creo que sólo lo que se interioriza adecuadamente y se vive experiencialmente es capaz de transformar. El mero intelectualismo, bajo mi punto de vista, es estéril si no va acompañado de la dimensión emotiva y vivencial.
    Cuando nos sometemos a un exceso de estímulos que no somos capaces de procesar adecuadamente perdemos un tiempo y energía preciosos para dedicarnos a cultivar nuestros valores e intereses, alimentamos el falso ego siempre competitivo y pendiente de "ser más listo que nadie" y caemos en la confusión/error de juicio al no conocer tantos acontecimientos con la suficiente profundidad.
    Saludos
    Mª Jesús

    ResponderEliminar