sábado, 12 de febrero de 2011

Política y políticos

Voy a realizar un arriesgado ejercicio: reivindicar a la política y a los políticos.

Es arriesgado y difícil este ejercicio porque actualmente parece haber pocas cosas más denostadas.

“Política”, dice la wikipedia, es la actividad humana que tiende a gobernar o dirigir la acción del Estado en beneficio de la sociedad . Procedería del término griego “politikós”, término que tiene varios significados: (1) ciudadano, (2) civil, y (3) relativo al ordenamiento de la ciudad.

Así pues, por su significado en origen, todos somos ciudadanos, ya no por ser habitantes de la ciudad, de la polis, sino por serlo de un estado, y todos seríamos así mismo políticos en el sentido de estar involucrados en el gobierno, en sentido amplio de la palabra, de nuestra sociedad. Podemos hacer o dejar de hacer, es decir, dejar que otros hagan, pero de todos depende de una manera más directa o más indirecta (incluso en las sociedades no democráticas), el cómo sea el gobierno de nuestra sociedad.

Sin embargo, aunque ese debía ser el significado de la política y lo político, lo cierto es que para una inmensa mayoría de la población la política es algo curiosamente ajeno (aunque casi todos hablan de ella) que practican para su propio provecho esas egoístas e interesadas personas que son los políticos.

La imagen que se tiene de los políticos difícilmente puede ser más negativa. Según diferentes estudios del Centro de Estudios Sociológicos, el “Índice de confianza política” ha ido descendiendo desde un 46,6 en 2004, hasta un 45,5 en 2008, un 41,1 en 2009, un 39,3 en 2010, y un 34,8 % en 2011 (mes de enero en todas las referencias). En realidad, no parece demasiado negativo este índice, que no tengo claro del todo qué significa: un 34,8 % de confianza política me parece bastante elevado.

Veamos otros indicadores. Según el CIS (datos de enero de 2011), preguntados los españoles por cuáles consideran los 3 problemas más importantes existentes en España, la respuesta daba como resultado que los dos primeros eran con mucho el paro y la situación económica, y el tercer problema más grave era “la clase política y los políticos”. No es extraño con todo lo que está cayendo (Gurtel, Mercasevilla, etc).

Un muy completo estudio, de nuevo del CIS, del año 2002 titulado “Ciudadanía, Participación y Democracia”, nos aclara cuáles son los sentimientos que en los españoles provoca la política (2 sentimientos, respuesta múltiple).

Como veis en el cuadro, los sentimientos provocados son por este orden: indiferencia, desconfianza, aburrimiento. Sólo en 4º lugar: interés.

Primer sentimiento
Segundo sentimiento
Entusiasmo
2.1
2.3
Indiferencia
30.0
15.8
Aburrimiento
14.7
20.4
Desconfianza
26.9
23.8
Compromiso
6.2
8.3
Irritación
3.8
8.2
Interés
11.1
7.8
N.S.
4.3
9.0
N.C.
0.8
4.5

Con esta opinión de la política y de los políticos ¿como me atrevo yo a reivindicarlos? Pues bien, porque sencillamente otra política y otros políticos son posible. No sólo posible: necesario, imprescindible.

El sentimiento de descreimiento y de alejamiento de lo político por parte de la ciudadanía sólo favorece a aquellos que actualmente se benefician del actual orden de cosas. Es decir, mantenerse fuera de la política es lo que hace que precisamente todo siga igual.

El orden mundial, el orden local, ha de ser cambiado, y esto sólo es posible con nuestra participación. Es cierto que encontrar un proyecto político con el que ilusionarse cuesta cada vez más trabajo, pero es nuestra obligación el intentarlo.

En Córdoba, para las gentes progresistas, el grado de decepción con la política municipal prácticamente ha tocado fondo. De esa decepción, de una necesidad imperiosa de cambiar las cosas, ha surgido la energía cívica para alumbrar un nuevo proyecto: ECOLO Córdoba.

ECOLO Córdoba es una propuesta de transformación hecha por personas que creemos en la democracia y en el valor de la política desde la ética, las capacidades ciudadanas, la gestión profesional y la experiencia cotidiana, y que emprende el camino sin ataduras políticas, sin hipotecas, sin consignas.

Si te ilusiona cambiar el orden de las cosas, ilusiónate con nosotros. Estamos abiertos y deseosos de que te sumes a nuestro proyecto.


ECOLO Cordoba (en facebook; necesario tener cuenta)




5 comentarios:

  1. No tengo dudas de que la política es necesaria para hacer un mundo más justo.
    Estoy de acuerdo contigo que otro tipo de política a las que existen en el mundo son posibles y por supuesto que otros tipos de políticos a los actuales son posibles, es más son necesarios. Lo que ocurre es que el sistema es corrupto y los partidos políticos que gobiernan tienen como finalidad principal la continuidad en el poder (necesitan votos para ganar las elecciones) y como objetivo secundario la que es fundamental, que es servir a los ciudadanos de ahora y los que tienen que llegar, a los que están dentro de las fronteras artificiales y a los de afuera. Ya se que esto suena utópico, pero no concibo otra posibilidad a la de considerar al planeta en su conjunto. Las políticas de aquí afectan al planeta entero y las de otros sitios afectan aquí.
    La política actual es una parodia propagandística para conseguir votos y los políticos son títeres y casi siempre sin principios. No existe ideología más allá del poder, la de acercarse o alejarse del posible voto del electorado, por supuesto solo de aquellos que pueden votar.
    Concibo al político, como aquellas personas que deja un tiempo de hacer un trabajo determinado, para dedicarse de lleno a planificar las sociedades sin otro fin que servir al bien común de éstas. Es necesario un conjunto de expertos en las materias que se quieren planificar. En el sistema actual se puede pasar de alcalde/sa, a consejero/a de obras públicas o a ministro/a de medio ambiente en unos cuantos meses.
    Siempre me ha indignado el signo de la V en un político que acaba de ganar unas elecciones y la sonrisa abierta de haber conseguido la meta. Lo lógico es que la responsabilidad no le dejara ni esbozar una sonrisa y menos aún una V de victoria. La victoria si acaso está al final de la legislatura cuando se puede estar satisfecho o no de que tipo de objetivos se han cumplido.
    Saludos
    Behavi

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  2. Hola.
    Saludos Juanma, saludos Behavi.Parecéis estar en los lados opuestos del trampolín; el uno
    ilusionado por comenzar un proyecto que rompa con esos esquemas que a tantos ciudadanos nos molestan, irritan y nos hacen tener en tan baja estima la clase política y la actividad política; y el otro indiferente y quizás incluso descreído ante este proyecto.
    Comparto la ilusión de quienes han optado no sólo por "hablar" de lo mal que está el sistema si no que han decidido intentar hacer algo por cambiarlo; acaso no nos alegramos cuando las gentes de paises sometidos durante décadas a dictaduras consiguen cambiar su realidad???es que las sociedades democráticas están exentas de hacer mejoras en un sistema que, sin duda alguna, las necesita???? Démosles entonces un voto de confianza, ilusionémonos con ellos y ayudémosles a que no olviden cuales son sus principios y sus objetivos y a que puedan superar las trabas que sin duda se encontrarán por el camino para que después de un tiempo puedan sentirse satisfechos de haber sido fieles a unas ideas y de haber apostado por ellas.
    Un saludo

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  3. Yo lo primero que les pediría es que fueran a la política a ser creativos dentro de un orden.

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  4. Gerardo.
    Como casi siempre, cuesta trabajo entenderte. ¿Qué quieres decir? ¿Qué es eso de ser creativos dentro de un orden?

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  5. Hola Angela, siento haber transmitido la idea de indiferencia, al contrario me interesan bastante ese tipo de ideas. Es cierto que soy descreído, más bien pesimista, pero no por la intención y la valía de las personas que apuestan por algo diferente, sino por el engranaje del sistema que hay en las elecciones que aglutina los votos en los que más propaganda hacen y no en los que presentan un programa más racional o mejor equipo.

    La primera trampa del sistema es que las listas son cerradas (¿Quién y cómo se decide el orden en la lista? ¿En base a qué principios? ¿Son racionales o se deben a intereses muy particulares?). La segunda es que se permite la propaganda publicitaria como si se tratase de un artículo de consumo (coche, detergente, etc), una publicidad hasta con imágenes (¿la foto del candidato tiene alguna utilidad real en cuanto a gestión?); por el contrario no se incentiva el debate de ideas y soluciones reales a los conflictos.

    El sistema es tan poco fidedigno que hasta corruptos han salido electos para defender intereses generales (¿hay algo más patético?).

    Pienso que cambiar el sistema requiere algo más que crear un nuevo partido político. Es necesaria una movilización social de base que exija menos derroche de recursos y mayor justicia social y solidaridad. Es imprescindible la abolición de las fronteras y de las nacionalidades, que son meras ideas segregacionistas que van contra la declaración de los derechos humanos. Muchas personas están condenadas por el lugar de nacimiento, al carecer de las más mínimas condiciones de alimentación, sistema sanitario, y educativo.
    Estamos en un mundo con profundos problemas ecológicos, económicos y sociales. La transformación social suena a utopía, y en nuestra sociedad es difícil el cambio ideológico y de comportamiento porque se vive agazapado en una sociedad del “bienestar” basada en el consumo. Aunque esto del “bienestar” es lo que nos quieren hacer creer mientras se esquilma el planeta de recursos, se contamina tierra mar y aire y llegan pateras por el estrecho.
    Como decía Saramago: “los únicos interesados en cambiar el mundo son los pesimistas, porque los optimistas están encantados con lo que hay”
    Saludos

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