sábado, 24 de abril de 2010

Sobre uso del velo y libertad


El asunto es bastante complejo y no digo que tenga mi posición totalmente clara, pero hoy he leído algo que me ha aclarado mi postura, postura que en todo caso mi instinto inclinaba desde siempre hacia su prohibición en determinados espacios.

Me ha sorprendido de vez en cuando constatar que existen posicionamientos tanto en contra como a favor de consentir el uso del velo en los espacios públicos entre personas situadas a la izquierda (incluso muy a la izquierda) y a la derecha en el espectro político.

Por ejemplo en España la UpyD de Rosa Diez (que yo ubico claramente a la derecha) y la mayoría del PP, están en contra del velo. En Francia en cambio, el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA), situado en la izquierda radical, no sólo está en contra de prohibir el velo o incluso el burka, sino que presenta entre sus candidatos al parlamento a una mujer que reivindica su derecho a portar el velo. Ilham Moussaïd, cuarta en la lista del partido en Vaucluse, en la región de Provenza Alpes Costa Azul, es "una militante feminista, anticapitalista, internacionalista que considera que debe llevar el velo por sus convicciones religiosas", (sic). La joven, estudiante de gestión y tesorera del NPA, afirma: "soy una ciudadana como otra cualquiera, feminista y con velo. Si me eligen, ocuparé mi escaño con velo".

Volviendo a España, en el PSOE y en IU existen diversas posiciones y normalmente se opta por dejar que sea en las comunidades concretas (léase colegios, institutos, etc), donde se resuelva el conflicto por medio de reglamentos o de acuerdos “locales”, pero evitan el posicionamiento a nivel legislativo y estatal.

Y es que entran en conflicto en este asunto varios tipos de libertades. Por un lado se acepta que el velo es en general un símbolo de la opresión y la marginación sufrida por las mujeres en unas sociedades eminentemente patriarcales. Símbolo que no hace tanto tiempo todavía tenían que portar las mujeres españolas y del que afortunadamente lograron librarse durante los últimos años de la dictadura franquista.

Por otro lado, también es evidente que el velo puede ser considerado como un signo identitario, una opción personal que los individuos adoptan en su indumentaria para caracterizarse respecto a otros. En Francia, singularmente, lo llevan muchas mujeres que reivindican de esa manera la pertenencia a otra cultura, es decir, no a la occidental-capitalista (con todos sus valores asociados) sino a la musulmana norte-africana.

Aquellos que defienden el multiculturalismo, aceptan que cada cual tiene sus costumbres y deben ser aceptadas. A mi nunca me ha gustado ese relativismo, relativismo que parece sostenerse más bien sobre una desarmante duda respecto a los que siempre fueron nuestros valores de modernidad y progreso. Cuando se duda de que pueda existir el progreso, y sobre todo, de que ese progreso sea construible con nuestros actos, entonces todo está permitido. Cada cual que escoja su camino y que haga lo que quiera, pues tanto da ir hacia adelante como hacia atrás, al fin y al cabo, direcciones relativas.

Yo no opino así.

Cuando al comienzo de este comentario decía que hoy había leído algo que me ha servido para aclararme en mi postura, me refería al posicionamiento de los obispos españoles. A alguno le puede parecer prejuicioso, pero es innegable que el posicionamiento de nuestros contrarios nos sirve para aclararnos en nuestra opinión (es instintivo). Cuando los obispos están a favor de permitir el uso del velo, encuentro una gran dificultad en compartir su opinión.

Si los obispos dicen que el velo es un signo religioso, como hay otros que son católicos y deben ser igualmente respetados, eso es lo que me recuerda que yo estoy en contra de que los símbolos religiosos ocupen los espacios públicos. Quiero decir que precisamente hay que aprovechar esta polémica sobre el uso del velo por algunas mujeres musulmanas para insistir en que también los símbolos religiosos de otras confesiones (está claro que me refiero a la católica) deben desaparecer de los colegios.

Las aulas sí que deberían ser unos “lugares sagrados” en el sentido de que deberían estar exclusivamente dedicadas a la educación, la ciencia y la cultura, y a la preservación de los valores de libertad, progreso y laicismo. La religión, todas las religiones, debe quedar fuera.

Me viene ahora a la cabeza otro asunto del que se ha hablado por aquí por Córdoba, y es la creación de una Plataforma por un templo ecuménico en la Mezquita de Córdoba. Está en facebook.

Desde esta plataforma se reivindica el rezo compartido en ese edificio por parte de las tres religiones monoteístas. Imagino que la intención es restar poder a la Iglesia Católica, que, es cierto, gestiona para su propio interés (y me refiero también al interés económico) este monumento que debería pertenecer a todos. Al fin y al cabo, con el dinero de todos es sostenido. Debe ser ya muy difícil saber la cantidad de dinero público que se ha gastado en su rehabilitación.

El caso es que yo no creo que haya que dar algo más de poder a otras religiones para ir limando el de “la nuestra”. Lo que creo es que hay que ir quitándoselo a todas. En ese sentido, respecto a la mezquita de Córdoba, lo que yo creo que se debería hacer es librarla por completo de su uso religioso como por ejemplo se hizo hace ya mucho tiempo con la basílica de Santa Sofía en Estambul (antes Bizancio, antes Constantinopla). El valor y la importancia de ese edificio llevaron a las autoridades a reconocerlo como algo a preservar por encima de su uso como iglesia o mezquita y digno de ser disfrutado por todos. Eso mismo creo debería hacerse en Córdoba.

En fin, mi opinión: Fuera la catedral de la mezquita. Fuera los velos de los colegios, y sobre todo, fuera de las mentes.

----------------------------
De gran interés para mí ha sido la lectura reciente del libro titulado "El islam sin velo", y más aún el haber podido escuchar a sus dos autoras (Nazanín Amiriam y Martha Zein, ambas con cabeza muy bien amueblada) en un acto que tuvo lugar el jueves 22 de abril en la Feria del Libro.

7 comentarios:

  1. Desde mi punto de vista la prohibición de llevar velo es una coacción de la libertad individual. Tan violenta como la obligación de que todas las personas lo tuvieran que llevar a la fuerza.
    Es parecido a que se prohibiera a una monja o a un fraile llevar su hábito; y me viene a la mente por ejemplo las monjas de la orden de Teresa de Calcuta en medio de la India más olvidada. Estas personas decidieron voluntariamente una forma de vivir, por cierto muy altruista, y su hábito representa esa elección.
    Las ideas van por dentro y no se trata de quitar símbolos externos, sino de transformar el pensamiento, y esto no se consigue a la fuerza, sino con la razón y la comprensión.

    Eliminar un crucifijo de una clase o un hospital público es diferente, porque ese símbolo no tiene por qué ser compartido por todos y coacciona a los que no lo comparten. Pero una prenda individual, si es una elección propia y voluntaria no debería prohibirse. Me parece de hecho un despropósito, que radicaliza a la gente en sus ideas, sean estas equivocadas o acertadas.

    Probablemente no solo es el velo lo que sobra, sino toda la ropa, sobre todo en el verano. Pero nuestra cultura no está preparada para aceptar a la gente desnuda andando por la calle. ¿Tiene alguna lógica razonable?

    Saludos
    Behavi

    ResponderEliminar
  2. Saludos!
    Soy una de las que describes como "cabeza amueblada" (de repente me pesa).
    Estoy absolutamente de acuerdo contigo. He pasado el fin de semana dándole vueltas al asunto, mientras le daba a la poda de olivos... y pensé en los años que nos ha costado en este país dejar de hablar de religión en los debates públicos. De golpe hasta los laicos hablan de asuntos de fe... ajena, pero fe. Insisto: 1979 (año en el que en Irán se impuso el velo a las mujeres) no está tan lejos.
    Para quienes se consideran parte de una religión en minoria en un país aconfesional, usará las estrategias (legales) necesarias para que su visibilidad aumente. Las personas que están en torno al caso del "velo de Pozuelo", están usando sus recursos de forma inteligentes: haciendo que el debate sobre la "integración" en las escuelas sea evidente. Recordemos la batalla de los crucifijos, la asignatura de religión, lo cuestionados que están ciertos temas (como el sexo) en las escuelas...
    El velo es un símbolo con muchos "usos", no sólo el individual, vinculado con una creencia. Tiene un valor político en un país como éste, en el que el poder de la iglesia católica está presente, aunque afortunadamente fue expulsada de forma oficial de la esfera del poder ejecutivo, legislativo y judicial. Sin embargo...
    En fin. No podemos ser reduccionistas. Es algo más que un asunto "de género".
    Fue un placer pasar por Córdoba y sostener conversaciones inteligentes por los rincones. Gracias a todos
    Martha

    ResponderEliminar
  3. ¿La prohibición del velo es una coacción de la libertad personal? Quizás sí, pero viendolo como un hecho fuera de su contexto. La cruda realidad es que la mayor parte de las veces el velo sigue siendo una imposición. Una imposición que puede venir desde una edad tan temprana en la que la niña-mujer lo acepta de tal forma que luego es ella misma quien lo necesita.

    Una geisha es feliz reduciendose el pié, y lo hace de forma libre y personal, pero está claro que el objetivo es ser más atractiva, más integrada en su sociedad, subir de estatus.

    La comparación puede parecer diferente, pero para mí la base es la misma: un control estético y social del hombre sobre la mujer, que además se les inculca en una edad tan joven en que las mujeres lo aceptan casi sin opción.

    No hay nada más injusto que inculcar valores religiosos a niños y niñas. A esa edad todo lo que venga de sus padres es lo correcto y así luego se encuentran con unos conflictos morales de aupa.

    ResponderEliminar
  4. Carlos, sobre esta frase: “No hay nada más injusto que inculcar valores religiosos a niños y niñas.” Comentarte, que la comparto en determinado contexto.

    El problema no es inculcar valores religiosos a menores, sino la forma de hacerlo. Normalmente las “doctrinas de fe” se presentan a los menores como una certeza plena, sin explicarle la posibilidad de que pueden ser completamente falsas. De que es posible que todo sea inventado. Que son una forma de calmar las incertidumbres de la existencia. Que pueden obedecer a soluciones “políticas” que se adoptan para combatir conflictos sociales de una determinada época. Con esta premisa, se podría explicar la religión y entonces que cada uno opte con libertad por la “fe” en el Dios que quiera.

    Una persona nace. ¿Por qué nace? ¿Alguien le ha preguntado si quería nacer? ¿Por qué existimos? ¿Por qué dejamos de existir?
    Son preguntas que nadie puede contestar con “absoluta” certeza. La imposibilidad de explicar la realidad puede ser el origen de la religión, que en definitiva son ideas “inverosímiles” que no se comprenden, como la existencia misma, pero que dan una respuesta provisional y una posibilidad de eternidad.

    Estoy seguro que muchos velos, la mayoría, son impuestos de una forma o de otra. Pero algunas personas optan voluntariamente por llevar símbolos religiosos. ¿No has visto como visten los monjes budistas? ¿Se va a prohibir que quiten su hábito rojo? ¿Se va a prohibir que se lleven medallas, crucifijos, velos…? ¿No es más perjudicial prohibirlos que permitir que alguien en particular lleve un símbolo religioso?. Llevar y creer en tótem y amuletos de “protección”, así como la tendencia a las creencias religiosas están probablemente en nuestros genes.

    Solo una transformación profunda de la sociedad, basada en la solidaridad, la razón y el conocimiento podría cambiar la forma de vivir y pensar. Respecto al conocimiento, no es difícil darse cuenta que estamos en la edad de piedra del mismo. Falta muchísimo más por conocer, de lo que se conoce. Todas las pautas de nuestro comportamiento y de nuestros pensamientos se producen por mecanismos bioquímicos que es posible entender a nivel molecular. Todavía estamos lejos de poderlos entender del todo. Pero cuando esto ocurra podremos explicar y predecir con detalle muchos fenómenos sociales y entre ellos por supuesto el fenómeno religioso. Porque las religiones, una por una, en mi opinión personal, son invenciones artificiales de nuestra especie.

    Saludos
    Behavi

    ResponderEliminar
  5. Recomiendo la lectura del artículo "Velo, sí; velo, no", de Gaspar Rul-lán Buades, que se publica en la página 5 del Diario Córdoba de hoy jueves 29 de abril. Muy clarificador.
    Y de paso el chiste de Vic de la misma página: retrato de la Córdoba real: así nos va.

    ResponderEliminar
  6. yO creo que el tema es mucho m'as sencillo,..simplemente se discute si una alumna en un determinado centro escolar debe o no llevar una indumentaria en su cabeza. Actualmente en muchos de los institutos de secundaria espagnoles una de las normas de convivencia , que puede o no ser razonable, consiste en la prohibici'on de gorras y otras prendas que de alguna forma oculten rasgos de su fisonomia. Esto por otra parte es fundamental cuando expedimos un dni y un pasaporte en Espagna. La foto tiene que ser totalmente clarificadora acerca de los rasgos de la persona en cuesti'on. Por tanto este debate pienso que se ha extrapolado, porque no se discute si el velo se puede llevar en la calle, sino en el aula. Y las normas son las normas, aunque sean m'as o menos l'ogicas.

    ResponderEliminar
  7. Acabo de venir de Estambul, hacía un calor abrasador. Ellos con camiseta y ellas con pañuelo, velo y gabardina.
    Demencial.

    ResponderEliminar