lunes, 14 de diciembre de 2009

Separación Iglesia - Estado

Hace ya 104 años que Francia, uno de los países más avanzados en cuanto a laicismo se refiere, aprobó una ley de separación de Iglesias y Estado. En el articulado de esa ley se decían cosas tan claras y concisas como: “la República asegura la libertad de conciencia”, o: “la República no reconoce, no subvenciona, no financia ningún culto”. En palabras del ilustre político Jean Jaurés, esta separación constituía un paso más en “la marcha deliberada del espíritu hacia la plena luz, la plena ciencia y la entera razón”.

No puedo evitarlo; qué bien me suena eso de ¡la plena luz, la plena ciencia, la entera razón!

26 años después de aquel 1905, esto es en 1931, España aprobó una constitución muy avanzada en la que se fijaban también clara y concisamente cosas como:
La libertad de conciencia y el derecho de profesar y practicar libremente cualquier religión quedan garantizados en el territorio español, salvo el respeto debido a las exigencias de la moral pública” (art. 27).
Todas las confesiones religiosas serán consideradas como Asociaciones sometidas a una ley especial. El Estado, las regiones, las provincias y los Municipios, no mantendrán, favorecerán, ni auxiliarán económicamente a las Iglesias, Asociaciones e Instituciones religiosas. Una ley especial regulará la total extinción, en un plazo máximo de dos años, del presupuesto del Clero. Quedan disueltas aquellas Ordenes religiosas que estatutariamente impongan, además de los tres votos canónicos, otro especial de obediencia a autoridad distinta de la legítima del Estado. Sus bienes serán nacionalizados y afectados a fines benéficos y docentes (…)”. (art. 26)

73 años después, tras la guerra civil y 40 años de dictadura, esto es en diciembre de 1978 (hoy hace ya 31 años), España aprobaría una nueva constitución. Esta constitución, que algunos han llamado del consenso, puede ser considerada también como la constitución de la falta de valor, la de lo no resuelto.

Entre los temas no resueltos (lo no resuelto tiende siempre a enquistarse) el asunto que más, el de la separación entre Iglesia y Estado. En este contexto el término “Iglesia” no puede ser entendido más que como Iglesia Católica. En este país no es otra la iglesia que invade y usurpa las competencias estatales (por ejemplo en educación), que se atreve a lidiar incluso en el espacio político (excomulgando a diputados), y la que fagocita y se alimenta como un parásito del dinero del estado (vía subvenciones públicas).

Me pregunto yo: ¿cuándo pondremos a la Iglesia en su sitio? Ya está bien de considerar intocable a esta constitución; ha llegado la hora de decir bien alto que es manifiesta y necesariamente mejorable. ¿De qué nos vale que el art. 14 diga: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social” cuando un poco más adelante clama al cielo la absurda contradicción del art. 16.3 cuando dice: “ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”? ¿A qué viene nombrar a la Iglesia Católica en la Constitución? Una constitución no es sitio para la Iglesia. Tampoco es entendible que España siga manteniendo un Concordato con El Vaticano como el que aprobó unos días después de esa constitución.

Hay pues que cambiar la constitución, hay que cambiar otras leyes, y hay sobre todo que cambiar la actitud de los poderes públicos hacia la Iglesia Católica (por ejemplo la actitud del ayuntamiento de Córdoba, ahora que marchose ya Doña Rosa a quien tanto gustaba rodearse de curas y nazarenos, ¿no os parece?).



Y ya que hablo de Córdoba, voy a contaros que este sábado pasado se celebró en la Facultad de Derecho la asamblea del colectivo Córdoba Laica. Como se dice en su blog, Córdoba Laica está constituida por personas que defienden la laicidad, entendida como el establecimiento de las condiciones jurídicas, políticas y sociales idóneas para el desarrollo pleno de la libertad de conciencia, base de los Derechos Humanos.

Desde aquí quiero animar a quienes me leen a adherirse a este movimiento. Hemos dejado, sin apenas darnos cuenta, que los meapilas se adueñen de calles, escuelas y celebraciones públicas. Es hora de ir haciendo algo.

Para empezar, en la columna de la derecha hay un enlace para firmar por la separación Iglesia-Estado. Dedicadle un par de minutos.

Un mundo mejor es aquel en el que ninguna confesión religiosa es percibida como amenaza. Un mundo mejor es aquel en el que creyentes y no creyentes viven su espiritualidad o falta de ella sin conflicto y en el más estricto ámbito de lo personal.

4 comentarios:

  1. Si es que esto de la Navidad ya se sabe produce cosmogonias agnosticas. Creo que toca crear una peña Blasfemia.

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  2. Voy a ser conciso en mi comentario. Es temprano y hace frio.
    Las religiones son un invento del cerbro de nuestra especie. Parece mentira que esté permitido y sea legal engañar a los niños en las escuelas, las familias y catecumenados con invenciones muchas veces completamente ridículas e irracionales. En principio la religión parece inofensiva. A veces lo es, e incluso útil socialmente. Pero en su conjunto son un peligro porque una sociedad que quiera avanzar no debe vivir en la mentira como principios de su propia existencia.
    Los fundamentalismos religiosos y no religiosos son un peligro. Pero a veces pienso que las sociedades humanas necesitan la mentira para calmar su angustia existencial y eso explica los movimientos de masas a prácticas totalmente absurdas, por poner solo un ejemplo los millones de personas apasionados por sus equipos de fútbol, prácticas sin sentido que son capaces de paralizar un país o un parlamento.
    Saludos. Por un mundo laico, más racional y menos contradictorio.
    Behavi

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  3. En cierta ocasión, en este blog se hablaron de los muros interiores. En uno de los comentarios se hizo referencia a los llamados mecanismos de defensa o de afrontamiento. Algo así como "creaciones del cerebro" para aliviar la ansiedad que produce el no estar a la altura de las circunstancias.
    No es posible demostrar de manera objetiva la existencia de un ser superior, pero resulta curioso que la mayoría de los místicos experimenten la presencia de Algo o Alguien "Inconmensurable". Personalmente no creo que en todos los casos se trate de experiencias propias de personas desequilibradas. Hay referencias de Místicos que han hecho gala de una madurez que ya quisieran para sí muchos no creyentes "ilustres". Mi opinión es que pudieran atribuir sus percepciones a algo externo a ellos/as mismos/as utilizando un mecanismo de defensa muy utilizado por todas las personas: la proyección, que consiste en atribuir un sentimiento o emoción propia a un tercero porque por alguna razón no es capaz de asumirlo o reconocerlo.
    Pienso que el origen de las religiones en su forma más transcendente debe ser algo así. Por supuesto despues hay que añadir toda la "degradación" que los intereses personales, los deseos de poder, de dominio, etc han dejado que esto sea puramente anecdotico, además de un gran filón para los que justifican estos abusos sobre esta base de "amor y justicia divinas".
    Bueno, todo este rollo es para argumentar que es muy posible que antropológicamente las religiones hayan sido, en la mejor de sus versiones, un paso evolutivo (como apunta Behavi cuando dice que son creaciones del cerebro)y que sería deseable que el ser humano pudiera hacer realidad ese anhelo de bondad y justicia sin trayectarlas en algo ajeno a él mismo sino reconocerlas como plenamente Humanas.

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  4. Hola.
    Perdonad que no haya contestado hasta ahora.
    - Raquel Morrison: tú, como siempre, tan sarcástica. Ya se que es una broma, pero creo que la blasfemia no existe. Si no eres seguidor de una doctrina, no puedes blasfemar; y si lo eres, pues no lo haces.
    - Behavi: ¿qué te puedo decir? Completamente de acuerdo: brindo contigo ¡POR UN MUNDO MÁS RACIONAL!
    - Anónimo/a del 15/12/09: se puede demostrar la existencia de un ser superior. Ese ser superior existe en la mente de quienes lo han creado. Como yo suelo decir, está claro que dios existe; si no fuera así ¿quién habita en tantas iglesias? Pero es una creación del hombre. Por eso es tan distinto (auque hay que reconocer que a menudo tan parecido) en cada religión. El hombre necesitó a dios, y lo creó. A su imagen y semejanza. Lo que nos tenemos que plantear es: ¿es una impedimenta para la libertad y el crecimiento del hombre? Para quien no le sea así, y sobre todo para quién no pueda aguantar la angustia del sin sentido de la vida (en el sentido trascendente), que siga creyendo. En todo caso, creo que todos los que leen este blog, o eso espero, están contra el clericalismo. Por ejemplo contra “los kikos”, que dentro de unos días volverán a llenar una plaza en Madrid para hacer política en nombre de la Iglesia Católica.

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