jueves, 2 de abril de 2009

La Justicia y la justicia

¿De qué se ríen estos capullos? Un par de noticias leídas últimamente me mueven a hacer unos comentarios sobre la Justicia, y también sobre la justicia.

De estas dos palabras, la primera, con su inicial bien mayúscula y su historia todo pompa y artificio, resulta lejana y extraña, cuando no arbitraria, para el común de los mortales; desde luego para el pueblo llano, que difícilmente la entiende y comparte. Con esta “Justicia” me estoy refiriendo a esa institución del Estado que se encarga de la aplicación de las leyes y que tiene por oficinas los juzgados.

La segunda, en cambio, esa “justicia” escrita sólo con minúsculas, tan bajita y prudente, es por contra una de las palabras más grandes y más bonitas, y uno de los conceptos más importantes que ha alumbrado el género humano. Distinguir y hacer lo justo, conocer lo que está bien, es algo que para mi ha sido siempre guía y fiel de mi conducta. No puedo soportar sin dolor el ver como se comete alguna injusticia a mi lado. Y no puedo aceptar para mi propio interés cualquier beneficio, sea grande o pequeño, si sé que procede de algo “que no está bien”.

Me gusta pensar que yo soy uno de esos que nunca se venderían. No sé lo qué haría si me ofrecieran un millón de dólares por acostarme con alguien (por ponerme en el papel de Demi Moore en la película “Una proposición indecente”) pero sí sé lo que haría si estuviera en la misma situación de Nicolas Cage en “Te puede pasar a ti”. En esta película, un poco tonta la verdad sea dicha, un policía de barrio se ve obligado por su ética a compartir con una camarera un premio millonario que ha ganado en la lotería (a pesar del desencuentro y luego divorcio de su mujer que su decisión provoca), porque el día anterior, al faltarle unas monedas para la propina, le propuso a la camarera (Bridget Fonda) la mitad de su boleto de la bonoloto. Yo, como él, no podría vivir el resto de mi vida, aún en la mayor de las abundancias, sin envenenar mi sueño al recordar que hubo una ocasión en que no hice lo justo ensuciando mi propia palabra.

Pero a lo que iba, que no era esto. El sábado pasado leí una noticia que me animó el día, lo confieso. De hecho me hizo pensar que a veces la Justicia intenta acercarse a la justicia. ¿Lo conseguirá? Fue en el diario Público, y el titular decía: “Querella española por la prisión de Guantánamo. La fiscalía examina la demanda criminal presentada ante Garzón contra el equipo jurídico de Bush. Los abogados esgrimen que la tortura es un delito contra la comunidad internacional”. En ella se daba cuenta de la presentación de una querella por parte de varios abogados ante la Audiencia Nacional contra varios de los asesores de Bush. Estos señores son los ideólogos y constructores del basamento (i)legal que ha dado sostenimiento al uso de la tortura por el ejercito norteamericano y a la creación de una de las mayores barbaries cometidas en este mundo desde el nazismo para acá, cual ha sido la prisión de Guantánamo.
No sé si llegaremos a ver a estos tipos en el banquillo pero saber que quizás pudiera llegar a ocurrir me hizo recuperar un poco de fe en la Justicia.

Granados indicándole al juez lo que tiene que hacerLa segunda noticia, en cambio, me hace descreer de nuevo de todo lo que se cuece en tan altos tribunales. Un titular, en el mismo periódico, decía: “El número tres de Aguirre se reunió en secreto con el nuevo juez del caso Gürtel”. Y digo yo que los jueces son personas como otras cualquiera, y que tienen derecho a andar por la calle, a charlar y a comer con quien quieran, pero que a estas alturas el juez que va a juzgar la corrupción dentro del Partido Popular se reúna y coma con Francisco Granados me hace pensar, no puedo evitarlo, que la Justicia no dejará nunca de ser “un cachondeo” mientras haya jueces (y se salvan muy pocos) como los que tenemos en este país.

1 comentario:

  1. Leí una vez no se donde que se habiá realizado una encuesta con la siguiente pregunta.Si su hijo tuviera una enfermedad que puede acabar con la vida de 10 personas a quien salvaria?
    El resultado de los encuestados que no padecian de ningun tipo de anomalia psiquica, podeis imaginar cual es en su mayoria, lo cual viene a decir como las emociones personales, influyen en las desiciones
    Si lo justo o injusto lo deciden personas con determinadas ideologias, basada en un ley hecha por hombres con deteminada ideologias y en un marco inmovilista que me parece que contempla poco lo de atenuante y agravante sobre la marcha, con mentalidad abierta y segun cada caso, pues puede pasar de todo, lo injusto de la injusticia.
    me parece a mí QUE ESTAN DEFENDIENDO LO SUYO

    ResponderEliminar