sábado, 7 de marzo de 2009

Lo que puede el amor


Anoche vi una magnífica película de Philippe Claudel. Una digna muestra del mejor cine francés (¡cómo nos alimenta el buen cine! ¿verdad?). Fue en la Filmoteca. Aquí tenéis el enlace a la hoja de sala. Su título, que dejo en su lengua original, pues no hace falta traducirlo y resulta tan sugerente así, es: “Il y a longtemps que je t’aime”. Espero que más adelante se pueda ver en los cines comerciales.

El amor (la peli no trata del amor de pareja sino del paternofilial), tiene muchos enemigos. Uno de ellos es sencillamente implacable; no hay casi nada que hacer contra él. Es negro y todo lo engulle. Pero a pesar de ello hay esperanza, pues también es cierto que el amor todo lo puede.

Dos hermanas, que han estado quince años alejadas, muerta la una para la otra tras el ingreso en prisión de una de ellas por un terrible suceso, se reencuentran y lentamente reconstruyen el maravilloso mundo y la intensa relación que las unió en la infancia. Con un ritmo calmado, pausado, con abundancia de escenas intencionadamente cortadas en su evolución, Claudel consigue trasmitirnos esa lenta apertura de los corazones que a veces ocurre en la vida. El resultado final, tras las confesiones y el desvelamiento de la verdad, es una intensa y liberadora catarsis materializada en un abrazo (¡cómo nos alimentan los buenos abrazos! ¿verdad?) que humedeció la vista a más de uno. La mía al menos, lo confieso, se humedeció.

La historia es terrible, terrible como muy pocas lo son. Alguien, en un comentario a mi entrada sobre “Revolutionary road” dijo que esa película era dura, y mencionó el horror de la rutina. Y es cierto. En esta que ahora comento no hay rutina ninguna, pero el dolor es de tal calibre, que difícilmente se puede sobrevivir a algo así.

No dejéis de verla si tenéis ocasión. Siempre que no os asusten los sentimientos intensos.

1 comentario:

  1. Yo vi esa película en un cine. Concretamente, en el único cine de Sevilla donde se pueden ver afortunadamente películas interesantes y en versión original. ¡¡Un lujo, el cine Avenida!!
    La película me gustó muchísimo. Tiene unos diálogos magníficos y Kristin Scott Thomas está maravillosa. Quizás le pondría de pega que el desenlace no me entusiasmó, pero en todo caso, merece la pena. Y a pesar de su dureza, la disfuté mucho, como se disfruta de las cosas bien hechas, que hablan de lo importante.
    ¡El buen cine, los abrazos... qué placer poder degustarlos! Sería una bulímica de esos "alimentos", jajaja.

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