viernes, 26 de abril de 2013

La razón: su poder y sus limitaciones

Mi anterior entrada en este blog ya estuvo relacionada con la lectura del libro de Victoria Camps: El gobierno de las emociones. Me refería en ella a la emoción de la vergüenza. Vuelvo a hacer ahora otra reflexión a cuento de la lectura de esta obra que, confieso, me ha resultado tan enriquecedora. Con motivo del encuentro con la propia autora en el marco de la Feria del Libro de Córdoba una segunda lectura reposada y concienzuda (así es la filosofía) me ha hecho descubrir muchas más cosas.

En concreto la relectura del último capítulo del libro titulado “La fuerza emotiva de la ficción” así como la lectura de un viejo artículo de Camps del año 1979 titulado “La sinrazón de la razón”, y la propia charla que ofreció la autora el pasado día 24 me han hecho reflexionar y plantearme yo mismo una serie de dudas sobre los poderes y las limitaciones de la razón como instrumento. Razón en la que hasta ahora yo mantenía y seguiré (¿?) manteniendo grandes esperanzas.

Creo que la clave para seguir manteniendo la fe en la razón está en saber qué es y para qué nos puede y debe servir. Está muy claro, al menos eso es lo que he descubierto yo de esta lectura y charla con Camps, que la emoción funciona mucho mejor como motor de cambio que la propia razón, pero eso no invalida las cualidades de esta última.

Me explico: son las emociones en mucha mayor medida que las razones las que mueven a los “humanes” (homenaje a Mosterín). No hay acción sin deseo y el deseo como motor sólo procede de una emoción: si llegamos a hacer algo es porque “lo deseamos” no porque “lo sepamos”. En esto, al parecer, anduvo muy equivocado Sócrates, como bien nos aclara Camps, y para practicar el bien no basta con conocerlo sino que hay que desearlo. El mero reconocimiento de lo que está bien y de lo que está mal no nos mueve hacia su búsqueda o elusión respectivamente. Ahí están la cantidad de corruptos que hay en este país (también en otros), que saben que no está bien lo que hacen, pues no podrían dejar de saberlo, pero siguen haciéndolo.

Es cierto pues que la emoción y la ficción, como bien dice Camps, pueden llegar y llegan más directamente al corazón, y que por ejemplo una gran obra de teatro o de cine o una gran novela que aborden el tema de la injusticia nos conmueven y nos mueven a la acción más fácilmente que una exposición razonada de las causas de esa injusticia. Pero sigo creyendo que la emoción no basta. Además, por otra parte, está más que comprobado que resulta muy fácil la manipulación a través de las emociones. Para evitarlo, en todo caso, tendríamos a la razón.

El poder de la razón es un poder de acción mucho más lento que el de la emoción pero en mi opinión mucho más consistente. Aunque a menudo se de la paradoja de que el uso de la razón parezca ir en nuestra contra y nos lleve racionalmente a desmontar los esquemas que hasta ese momento habían sostenido nuestro pensamiento, lo cierto es que siempre lo haremos con la tranquilidad de ánimo que nos da el saber que estamos siendo razonables.

Quizás sea cierto que el uso de la razón nos hace avanzar mucho más en el terreno de las dudas que en el de las certezas, pero como dicen de la filosofía, no se trata (por imposibilidad) de poder dar concluyentes respuestas cuanto de hacernos siempre que podamos las apropiadas preguntas.

Allá cada cual, pero yo prefiero mil veces las dudas que el autoengaño.

lunes, 11 de marzo de 2013

Vergüenza: una emoción en decadencia


¡Más vergüenza, por favor! 

Habrá quien se extrañe de esta vindicación que hago a falta de saber lo que quiero decir exactamente con ello. Voy a intentar explicarme. Acabo de leer “El gobierno de las emociones” de Victoria Camps, un libro muy interesante, sólo quizás un poco difícil en sus tres primeros capítulos dedicados a Aristóteles, Spinoza y Hume, para los que como yo no estamos tan habituados a la lectura filosófica. Pero a lo que voy: de todas las emociones, que son muchas, analizadas en este libro (por ejemplo: compasión, indignación, miedo, confianza, etc) la que más sugerente me ha resultado ha sido la abordada en el capítulo titulado “Sin vergüenza”.

Hay varios tipos de vergüenza. Una de ellas tendría que ver con la inseguridad, con la timidez. No es de la que voy a hablar. Sólo muy brevemente diré, ya que estamos, que esta vergüenza me parece digna del mayor respeto. Creo que la timidez, ese candoroso desnudamiento, es una muestra de autenticidad, de ausencia de máscara. Demuestra la presencia de una piel sensible y ruborosa, desencostrada. Otro, día si es menester, quizás hable de ella.

De la vergüenza que quiero hablar ahora es de esa emoción seminal que, me atrevo a decir, define persona. Quiero decir: la diferencia entre la especie humana y el resto de especies animales ha ido encogiéndose progresivamente desde que dejamos de ser una creación divina para pasar a ser simplemente el extremo de una de las ramas de la evolución. Casi todo lo que hacemos y gran parte de lo que sentimos, lo hace, quizás es cierto que a menor escala, alguna otra especie animal. No somos los únicos animales bípedos; no somos los únicos animales que utilizan herramientas; no somos los únicos animales que construyen casas y represas; no somos los únicos animales que sienten apego a los suyos, incluso después de muertos; no somos los únicos en sentir amor, alegría, tristeza, ira, … Pero sí somos (bueno, la mayoría lo somos) los únicos animales que sentimos vergüenza.

¿Qué es la vergüenza? Pues es esa emoción o sentimiento que poseemos por ser animales sociales dotados de sentido ético y moral. Como dice Victoria Camps, la vergüenza “consiste en el sentimiento derivado de la caída de la imagen que uno tiene de sí mismo, la pérdida de reputación, el descrédito ante algún otro o ante la sociedad”.

Es verdad que en la sociedades puritanas la vergüenza puede ser un sentimiento opresor, castrante. Este tipo de vergüenza tendría un origen, por así decirlo, fuera del individuo. Sería una vergüenza impuesta por la comunidad (que le pregunten por ella a nuestras madres y abuelas). Pero al margen de esta vergüenza, afortunadamente hoy prácticamente desaparecida en nuestro entorno, existe otra cuyo origen estaría exclusivamente dentro de nosotros. Sería esa vergüenza que manifestándose en nuestro interior, procedería del choque y la contradicción entre lo que pensamos que debemos hacer y lo que realmente hacemos, entre lo que está bien y lo que no lo está. Incluso en algunos casos, procedería del shock que nos causa comprobar el mal que llegan a hacer otros. De tal forma, nos avergonzaríamos de pertenecer a la misma comunidad, a la misma especie, que esos otros. Es lo que hizo sentir a Primo Levi, citado por Victoria Camps, “la vergüenza que los alemanes no sentían, que el hombre justo experimenta por el crimen de otro; el sentimiento de culpa de que exista ese crimen”. Ésta es la vergüenza que yo siento por la existencia de personajes como Luis Bárcenas, Silvio Berlusconi, Rafael Gómez “Sandokán”, etc.

Siempre me he preguntado qué es lo que pensarán estos tipos de sí mismos, cómo soportan mirarse al espejo cada mañana. A mí particularmente me resulta muy difícil aceptar el hecho de saber que comparto la humanidad con ellos. Su falta de vergüenza me hiere.

No sé si conseguiremos que algún día desaparezcan estos tipos de la faz de la tierra, pero mientras tanto, al margen de otras emociones, que no nos falte la de sentirnos avergonzados por su existencia.

¡Más vergüenza, por favor!

domingo, 2 de diciembre de 2012

Vistas históricas de la Puerta del Puente - Córdoba

Hoy he estado paseando por la, por fin abierta para los peatones, Ronda de Isasa. Me refiero al trozo entre la Puerta del Puente y la esquina con Sta. Teresa de Jornet que tanto se ha hecho de rogar. Van ya para 8 años, yo creo, los que hace desde que empezaran las obras de restauración de la Calahorra allá por 2003 o 2004.

La zona estaba muy concurrida. A pesar del frío, la mañana soleada había animado a mucha gente a pasear por el puente y por la Ribera, que según compromiso del Ayuntamiento, pronto sólo contemplará el paso de autobuses urbanos y taxis.

El caso es que además del paseo por la avenida estuve también visitando la exposición ubicada en la pequeña sala interior de la Puerta del Puente dedicada precisamente a diversas imágenes históricas de la misma Puerta y de su entorno. Estas imágenes van desde el siglo XVI al XX, y son litografías, pinturas y fotografías.

Dejo aquí una galería de fotos de lo allí expuesto, aunque mucho mejor es ir a visitar la exposición mismamente. 1 euro es el precio. Como añadido se pueden disfrutar de unas bonitas vistas desde su terraza superior.

sábado, 27 de octubre de 2012

Sólo se vive una vez

Sí, sólo se vive una vez, y no hay más cera que la que arde. Es decir, la vida es corta, son tres días, y ya estamos en el segundo por la tarde.

El refranero popular es bastante sabio en relación con las cosas prácticas, las cosas reales de la vida.

Yo no niego que haya gente a la que le gusta creer en la existencia de otra vida tras la muerte, o en la posibilidad de un regreso a ésta tras una supuesta reencarnación (en otro cuerpo de animal o persona). En fin, no niego que haya gente que se eche todo tipo de pajas mentales alimentadas por la religión para combatir la ansiedad que les provoca la muerte. Pero sinceramente, yo no creo que lo crean de verdad.
Cualquiera con mínimos estudios y mediana formación sabe en su fuero interno que no hay nada tras la muerte. Eso no quiere decir que nos tengamos que angustiar por ello.

La lectura en estos días de una obra de Emilio Lledó sobre la filosofía de Epicuro titulada precisamente "El epicureismo" me ha hecho recordar mi primera aproximación, allá por los lejanos años de mi bachillerato, a esta forma tan práctica de entender la vida.

Frente a las elucubraciones filosóficas de Platón y de Aristóteles, que siempre me costó entender (sobre todo las del primero), el pensamiento de Epicuro me resulta auténtico. Y quiero decir: real, veraz, pensamiento sobre la vida misma, en ausencia total de "pajas mentales".

Según el llamado tetraphármakos de Epicuro:
  1. La divinidad no es de temer
  2. La muerte es insensible
  3. El bien (la felicidad) es fácil de alcanzar
  4. El mal (el dolor) es fácil de soportar
4 -> DOLOR. Para evitar el dolor hay que llegar a la ataraxia. La ataraxia es la tranquilidad del ánimo y se logra mediante la autosuficiencia. No se trata de no necesitar al mundo, se trata de estar preparado para las privaciones, las sinrazones, las decepciones que nos provoca.

3 -> FELICIDAD. El timorato, el angustiado por la muerte, el creyente, se mostrará siempre incapaz de alcanzar la felicidad en este mundo. Todo queda pospuesto para esa supuesta vida eterna tras la muerte. En cambio para los sabios, y me refiero a los que saben aplicar la sabiduría a la vida, la gozosa felicidad sólo es de este mundo y es fácil de alcanzar cuando se distinguen los deseos vanos de los deseos naturales y necesarios para (1) evitar el dolor y (2) lograr la felicidad.

2 -> MUERTE. Respecto a la muerte: "... no es nada en relación a nosotros. Porque todo bien y todo mal está en la sensación; ahora bien, la muerte es privación de sensación". O lo que es lo mismo: cuando tú estás, la muerte no llega; cuando la muerte llega, tú ya no estás. Así que no deberíamos preocuparnos por ella.

1 -> DIOS. Aquí voy más allá que Epicuro. No es que no haya que temer a la divinidad; es que dios no existe. Dios existe sólo si así lo queremos. Los dioses fueron creados a imagen y semejanza de los hombres, y fueron creados para explicar el mundo cuando el mundo no podía todavía ser explicado por el conocimiento. No es que ya tengamos respuesta para todo, pero sí la tenemos para Dios. Dios es una creación de nuestra mente. Si sólo sirve para atemorizarnos o para postergar nuestro acceso a la felicidad, acabemos con él y gocemos aquí y ahora.

Ahora bien, el hedonismo, la reivindicación del placer en esta vida, no debe ser confundido con el egoísmo.
No me extenderé sobre ello, pero en mi opinión no es posible alcanzar el placer y la felicidad al margen y/o por encima de nuestros semejantes.

No hay felicidad posible sin amor, sin amistad, sin solidaridad.

Como dijo Pablo Milanés:

La vida no vale nada
si no es para perecer
porque otros puedan tener
lo que uno disfruta y ama.

[...] La vida no vale nada
si escucho un grito mortal
y no es capaz de tocar
mi corazón que se apaga
.


Os dejo con su canción (en realidad el LP completo)


jueves, 4 de octubre de 2012

Nuestra decadente clase política

Me ha encantado leer el auto del Juez Pedráz hecho público esta misma mañana en el que archiva la causa contra los 8 imputados por promover presuntamente las movilizaciones del 25-S que pretendían de forma simbólica, "rodear" el Congreso de los Diputados.

A veces la justicia nos da una alegría.


Dice entre otras cosas el auto del juez:

Y, desde luego, el hecho de convocar bajo los lemas de "rodear, permanecer de forma indefinida …, exigir un proceso de destitución y ruptura del régimen vigente, mediante la dimisión del Gobierno en pleno, disolución de las Cortes y de la Jefatura v del Estado, abolición de la actual Constitución e iniciar un proceso de constitución de un nuevo sistema de organización política, económica o social" en modo alguno puede ser constitutivo de delito, ya no solo porque no existe tal delito en nuestra legislación penal, sino porque de existir atentaría claramente al derecho 7 fundamental de libertad de expresión, pues hay que convenir que no cabe prohibir el elogio o la defensa de ideas o doctrinas, por más que éstas se alejen o incluso pongan en cuestión el marco constitucional, ni, menos aún, de prohibir la expresión de opiniones subjetivas sobre acontecimientos históricos o de actualidad, máxime ANTE LA CONVENIDA DECADENCIA DE LA DENOMINADA CLASE POLÍTICA

(las mayúsculas son mías).

Y digo yo: ¡OLE tus huevos, Santiago Pedraz! Hoy brindaré a tu salud


miércoles, 20 de junio de 2012

La vida

A menudo las cosas más importantes en nuestra vida simplemente suceden; ocurren sin haberlas planeado. Hoy es un estupendo día, en mi caso, para recordarlo.

Nos gusta creer que conducimos nuestra vida y que básicamente recorremos el camino que hemos escogido, pero realmente no es así.

El “camino vital” que recorremos no es ni mucho menos sólo la senda que pisamos. Es también, sobre todo, el conjunto de otras personas que habitando el espacio coinciden un tiempo a nuestro lado.

Esta coincidencia, lógicamente, no depende sólo de nuestras elecciones. Depende también de las de ellas.

Durante nuestro camino coincidimos con muchas, compartimos con algunas, construimos con unas pocas.

Hoy hace 30 años de una magnífica construcción en marcha. Una construcción de la que me siento muy orgulloso y por la que estoy muy agradecido.


domingo, 27 de mayo de 2012

¿Justicia sin Ética?

¿Es posible practicar la justicia desde la falta de ética?
Parece que sí; en este país es harto frecuente que así ocurra.


Artículo sobre este tema en el blog de EQUO Córdoba.

sábado, 26 de mayo de 2012

Los problemas con la información

Vivimos, según dicen, en la llamada “Sociedad de la Información”. Esta sociedad habría sucedido en algún momento de la segunda mitad del siglo XX a una anterior denominada “Sociedad Industrial”.

Si en aquella los principales productos de valor eran los productos industriales, en esta la riqueza está no tanto en los productos físicos cuanto en los productos inmateriales del tipo datos, o como se dice ahora, bits de información.

Las últimas décadas han vivido un desarrollo increíble de las TICs (Tecnologías de la Información y el Conocimiento), desarrollo que ha permitido a la mayor parte de la población de los países occidentales, y últimamente a una gran parte de la población mundial, acceder a una inmensa cantidad de información. La información está disponible fácilmente y de hecho nos ataca constantemente en periódicos, televisión, radio, y sobre todo, al día de hoy, en internet.

Teóricamente esta facilidad de acceso a la información nos debería estar haciendo sujetos más informados, con más conocimiento de las cosas, incluso más sabios. Pero no es así. Y no lo es porque la información, que es un bien tan preciado, es también un bien que se somete fácilmente a procesos de manipulación por muy diferentes mecanismos.

Recientemente he leído un libro muy interesante titulado “El crash de la información” (obra del economista alemán Max Otte cuya lectura recomiendo) en el que se detallan, aunque de una manera un tanto desordenada, los diferentes mecanismos que tiene el sistema para manipular la información, a saber:

  • la información deficiente, o inexistente, en algunos de los temas verdaderamente esenciales para el mantenimiento del statu quo del sistema (p.ej. datos de producción y venta de armamento)
  • el exceso de información, en temas no esenciales para el mantenimiento del sistema, que sólo nos provoca aturdimiento y desentendimiento (p. ej. ¿alguien entiende las facturas de la luz que nos envían de un tiempo a esta parte? ¿y la información nutricional de los productos alimenticios industrializados?)
  • la pseudoinformación, o información engañosa, que no se corresponde con cosas verdaderamente importantes para las personas (p. ej. el sacralizado PIB como medidor del desarrollo de los países, cuando resulta que terremotos, guerras, etc, computan como saldo positivo en este índice; o el índice bursátil como medidor del estado de la economía, cuando la economía real no tiene nada que ver con esos movimientos especulativos de los grandes capitales que sólo buscan la rentabilidad al más corto plazo de tiempo aún levantada sobre la destrucción del bienestar de las personas)

Pero el caso es que ahora no es sólo el sistema el que nos manipula con estos mecanismos. Somos nosotros mismos los que a menudo perdemos el norte al dejarnos arrastrar por la inmediatez y la falta de visión crítica al acceder a la inmensa cantidad de información que nos llega y que nosotros mismos proactivamente buscamos.

Sin darnos cuenta nos estamos aturdiendo con la gran cantidad de correos electrónicos que entran en nuestro buzón a diario, con los miles de pequeños mensajes que nos llegan por twitter, facebook, y otras plataformas, etc.

De todo queremos estar informados y a todo queremos responder ipso facto, pero lo hacemos necesariamente desde una falta de asunción meditada y crítica. No es extraño reaccionar demasiado rápidamente y como se dice ahora “rebotar” una información que nos ha llegado y que nos ha parecido extraordinaria para al poco tiempo darnos cuenta de que hemos sido manipulados.

No sé si os habrá llegado durante estos días un correo con el texto de una supuesta carta que José Luis Sampedro había enviado al Presidente del gobierno con el provocador título de “Querido señor Presidente: es usted un hijo de puta”. Pues bien, al poco se ha sabido (confieso que yo desde el primer momento tuve mis dudas) que la carta había sido en un primer momento una entrada del día 22 de abril en un blog llamado Barataria que luego re-publicaron en la web de Izquierda Digital atribuyéndola a Jose Luis Sampedro.

[Esta web (www.izquierdadigital.es/) estaba el sábado 26 de mayo, cuando esto escribo, caída no sé por qué motivo]
[añadido el 27. Esta es la url de izquierda digital donde "rectifican"]

El caso es que mucha gente lo rebotó porque era algo que entraba en sus expectativas y deseaban fuera cierto. Este es uno de los problemas más graves con el que nos encontramos actualmente. A menudo buscamos sólo la información que queremos recibir. Las redes sociales contribuyen en gran media a ello. Por ejemplo, en facebook nos hacemos amigos de los que piensan como nosotros, y en twitter nos hacemos seguidores de aquellos que dicen lo que queremos oír. Eso nos está haciendo, paradójicamente, sujetos menos informados, o en todo caso, sujetos menos sabios.

Mi consejo es seguir leyendo y oyendo a aquellos con los que no compartimos puntos de vista, y sobre todo, leer y oir con sentido crítico tanto a aquellos con quienes no compartimos ideas como a aquellos otros con los que sí las compartimos.

Recibir mucha información pero hacerlo acríticamente no nos hace sujetos más sabios.

viernes, 4 de mayo de 2012

2ª idea tras la lectura de "Ingenuidad aprendida"

Este post es continuación de otro de fecha 26 de abril. En aquel dejaba pendiente desarrollar una segunda idea de entre las que me surgieron tras la lectura de “Ingenudiad aprendida” de Javier Gomá.

Si la primera idea tenía que ver con la posibilidad o imposibilidad de construir una Ética, esta segunda idea tiene que ver con la opinión que me he hecho sobre la existencia o no de la Verdad, o sobre, lo que es otra forma de decirlo, la posibilidad o no de alcanzar certezas.

Habla Gomá en su libro de un “universalismo igualitario”, una especie de igualdad que impregnaría a toda la humanidad. Esta igualdad se habría hecho más evidente tras el proceso de individuación y liberación realizado por el hombre moderno y procedería del sentimiento común que a todos provoca el descubrimiento de ser entes mortales, finitos. Según parece, saber que vamos a morir y que todos seremos polvo en algún momento futuro, nos convierte en iguales.

Comparar esta idea, que puede ser verdad desde cierta perspectiva, con la evidente desigualdad reinante en este mundo, me hizo pensar acerca de la existencia de distintas, a menudo, contradictorias verdades. Y es que se puede aceptar que desde un punto de vista filosófico todos seamos iguales, pero es más que evidente que desde un punto de vista sociológico somos profundamente desiguales. ¿Qué importancia puede tener para el común de los mortales la igualdad filosófica de los hombres en comparación con la desigualdad real de los individuos?

Por ejemplo, si pensamos hoy, transcurridos más de cuatro mil años, en la suerte de faraones y esclavos del antiguo Egipto, convendremos que todos son ahora poco más que polvo (aunque incluso en eso hay diferencias pues algunos siguen presentes “in corpore” tras haber sido embalsamados), pero ¿qué importancia tiene que hoy ambos sean la misma nada cuando entonces fueron tan diferentes? Unos vivieron rodeados de oro; los otros comieron arena.

En todo caso, estas dos verdades tan diferentes, la definida por la filosofía, la desvelada por la sociología, no son sino dos verdades más de las muchas que en las múltiples disciplinas del conocimiento moderno el hombre ha ido estableciendo.

Por ejemplo, hay una verdad genética que nos hace iguales; pero hay una verdad psicológica que nos hace diferentes. Hay una verdad física para la que todo resulta explicable, pero hay una verdad quántica que todo lo pone en duda.

Y es que antaño hubo Dioses y Filosofías que ponían orden en el universo. Hoy construimos un Conocimiento que en realidad desarma y desordena cada vez más el universo. Ya no hay una Verdad sino una inmensa cantidad de Verdades, como he dicho antes, contradictorias.

Otra cuestión es la de la especialización. El conocimiento es cada vez más incisivo y profundo, pero menos extenso. Como dice Antoni Brey en La sociedad de la ignorancia (agradezco la referencia a Gerardo): “Sigue estando a nuestro alcance adquirir conocimientos profundos en algún campo específico e incluso acceder temporalmente a la frontera que el saber humano establece. La suma del conocimiento de los expertos forma el extenso saber de nuestro tiempo, unos expertos, eso sí, cada vez más especializados. (…) En definitiva, pues, el experto, gran especialista en una franja cada vez más estrecha del saber es, lógicamente, cada vez más ignorante en el saber de otros campos”.

Y eso efectivamente es lo que nos pasa. En cada campo del conocimiento los “expertos” descubren y definen nuevas verdades. Pero en el conjunto del saber humano y en relación a la búsqueda de una verdad que de respuesta a las eternas preguntas (de dónde venimos, a dónde vamos, por qué estamos aquí, qué sentido tiene todo esto, etc, etc), cada vez estamos más lejos.

Como dice Daniel Innerarity en el mismo libro citado anteriormente: “cada vez es más difícil obtener explicaciones causales o previsiones exactas, ya que el saber acumulado hace visible también el universo ilimitado del no-saber”.

Desaparecidas las respuestas globales, cada vez tenemos más dudas. O dicho de otra manera, cada paso que damos en el conocimiento no hace otra cosa que ampliar el espacio de lo que desconocemos.

A veces uno ansía el imposible retorno a aquella feliz arcadia de la ignorancia.

jueves, 26 de abril de 2012

Ideas tras la lectura de "Ingenuidad aprendida"

Ayer 25 de abril tuvo lugar en la Feria del Libro de Córdoba un acto-encuentro con el filósofo Javier Gomá. Se trataba de hablar de su obra “Ingenuidad aprendida”, la cual ha sido leída durante esta temporada en los clubes de lectura de ensayo de la Red Municipal de Bibliotecas de Córdoba.

He de decir que en relación a Javier Gomá, ayer confirmé que es aún más amena y gozosa su charla que su escritura, o lo que es lo mismo, que es más fácil escucharle que leerle. Su escritura, a pesar de su declarado propósito de encontrar y practicar una filosofía mundana, creo se aleja a veces de ella.

Para entendernos, la filosofía mundana es, según Gomá, aquella que entre otras cualidades tiene como mínimo la de soportar lo que él llama el “test de mundanidad” o test de la sobremesa, es decir, una filosofía de temas y lenguaje tan comunes como para ser abordada y entendida por nuestros amigos, compañeros o familiares en cualquier sobremesa.

Pues bien, en mi opinión (o quizás sea por mi nivel, pero también el de otros muchos miembros de los dos clubes de lectura), no todo en su libro es comprensible ni el lenguaje es el común. Esto es probablemente algo inevitable en alguien que lleva tantos años dedicado a la filosofía y que, aunque se posicione frente a ella, conoce y dialoga constantemente con la filosofía académica, filosofía tan rodeada y necesitada del uso de conceptos y términos complejos.

Pero a lo que iba. Muchas ideas me ha sugerido la lectura y escucha de Gomá, y dos de ellas quisiera comentar aquí:

La primera tiene que ver con la posibilidad y con los medios para construir una Ética.

Para Gomá el hombre ha realizado ya, exitosamente según parece, su proceso de liberación. Este proceso le ha permitido librarse definitivamente de las ataduras externas. Tras éste, ahora sería necesario realizar un segundo proceso que él llama proceso de emancipación (tengo dificultad en entender el por qué del uso de dos términos tan similares semánticamente). Pues bien, este segundo proceso de emancipación sería el que permitiría al hombre vivir de nuevo en orden con sus semejantes. Es decir, sería el que enseñaría al hombre a renunciar a sus pulsiones individuales y frecuentemente antisociales y el que le permitirá en definitiva vivir sin conflicto en sociedad. La cuestión es cómo alcanzar esa emancipación, esa autolimitación en nuestras pulsiones, que nos permita la convivencia en paz.

Según Gomá, y esta idea la he extraído de su charla, no de su lectura, antiguamente había un conflicto Arriba-Abajo entre los diversos poderes y el individuo. Hoy en día habría más bien un conflicto Dentro-Fuera entre la interioridad del individuo, no sometida a ningún tipo de control ni coerción, y la exterioridad cada vez más reglamentada.

El gran problema al día de hoy es que el estado mantiene, y de hecho acrecienta cada vez más, lo que él llama la “vis coactiva” o capacidad de coacción externa, de normativización y penalización de los comportamientos públicos, pero ha perdido de todo punto su “vis directiva” o capacidad de guiar, de educar los comportamientos privados.

Parecería entonces que el estado no tiene ya capacidad ni puede aspirar a transmitir valores. Se me vienen a la cabeza las dificultades que ha afrontado el sistema educativo español en relación con la asignatura de “Educación para la ciudadanía”. Pero bien, si al estado, o a la sociedad, no le está permitido o no es capaz de transmitir valores ¿quién lo hará?

No es tema principal de este libro, pero creo que Javier Gomá opina que ese el papel de la ejemplaridad. Yo particularmente no sé si es suficiente. Y en todo caso, ¿cómo pedir a los ciudadanos que sean ejemplares en este mundo tan injusto? Creo que sólo pueden permitirse ese lujo quienes ya gozan de sus derechos, en realidad, quienes gozan al día de hoy de una situación de privilegio, pues son la inmensa minoría.

Esto es parte de la segunda idea que quería comentar a propósito de Ingenuidad aprendida, pero veo que el post se alarga y no vais a soportar su lectura. Lo dejo para una posterior entrada pues me he propuesto que mis escritos no os ocupen nunca más de 5 minutos.

viernes, 2 de marzo de 2012

Desobedeciendo la "Ley Sinde"

Me he unido a la campaña promovida por wertdeenlaces.net

He decidido desobedecer a la Ley Sinde-Wert. Esta ley fue creada por la industria cultural y los lobbies norteamericanos para cerrar a su antojo cualquier página web (con o sin ánimo de lucro) que contenga enlaces a obras culturales. 

Dicha ley permite a una comisión (cuyos componentes no conocemos aún) ejercer un poder sin precedentes sobre Internet, sin garantías judiciales y en contra de las sentencias firmes dictadas por los jueces españoles que han sobreseído los casos de páginas de enlaces afirmando que no constituyen delito.

El día 1 de marzo (día en que entra en vigor la ley), a primera hora de la mañana, el autor de dicha obra se ha comprometido a presentar una denuncia a todas las webs de esta lista. Poniendo nuestras páginas en primera fila de forma conjunta y coordinada conseguiremos evidenciar los peligros de esta ley y al mismo tiempo demostrar su ineficacia. Seremos la primera línea de choque de una ley diseñada por y para una industria obsoleta que impide el surgimiento de otras formas de producción-distribución cultural y que amenaza la libertad en la red. Internet quiere ser libre y lo será.

Esta campaña cuenta con la colaboración de Eme Navarro, el autor de una canción que puedes descargarte visitando este enlace.

labioswert http://www.wertdeenlaces.net/enlace.php Bájame

Tú también puedes unirte a esta lista de webs desobedientes. Visita la web de wertdeenlaces.net y sigue las instrucciones

La iglesia católica española vive en un paraíso fiscal ilegitimo y presuntamente ilegal.

Reproduzco integramente el  comunicado emitido por Europa Laica en el día de hoy por compartir al 100% su contenido.


También incluyo al final de la entrada un enlace a la página en ACTUABLE donde se recogen firmas para exigir al gobierno que haga pagar a la Iglesia Católica el IBI de sus inmuebles.


Europa Laica exige que la iglesia católica y otras confesiones paguen el IBI y otros impuestos.


Europa Laica exige que el Estado haga un censo de inmuebles rústicos y urbanos y del patrimonio muerto o mal conservado, propiedad de la iglesia católica en España.


Europa Laica, viene denunciando, desde hace años, los privilegios fiscales, entre otros muchos (simbólicos, económicos jurídicos, políticos…), de los que disfruta la iglesia católica (IC), al recibir un trato privilegiado que el Estado le concede, consecuencia, por un lado, de los Acuerdos con la Santa Sede de 1979, pero también por un trato de favor político, que va mucho más allá, vulnerando principios constitucionales básicos.


La IC en España, es propietaria, a través de sus más de 40.000 instituciones (…diócesis, parroquias, órdenes y congregaciones religiosas, asociaciones, fundaciones, etc.) de un enorme patrimonio, consistente en bienes inmobiliarios rústicos y urbanos (de uso para el culto o para otros muchos menesteres), entre ellos un incalculable número de pisos alquilados a terceros, todo este patrimonio, en todos los ámbitos, está exento del impuesto de bienes inmuebles (IBI) y de otros, como obras, sociedades, etc.


Europa Laica tenía calculado, en su informe anual sobre financiación de la IC que se hizo público en abril de 2011 (en estos días en revisión, de cara a la próxima Campaña sobre el IRPF) que, de los datos conocidos, los Ayuntamientos españoles dejaban de ingresar algo más de mil millones de €, al año. Pero hay otros datos que están conociéndose estos días, que se cifran entre los 700 y los casi 3.000 millones de €, hecho lógico dada la opacidad de la IC.


Por ello, reiteramos, una vez más, nuestra exigencia de que el Estado haga un censo de inmuebles rústicos y urbanos propiedad de la Iglesia católica en España.


También Europa Laica propone revisar qué entidades, fundaciones, etc. están exentas de este impuesto en cada ayuntamiento, no ya sólo por las exenciones que prevé la actual Ley de haciendas locales, sino -también- a través de la compleja maraña de normas y disposiciones que se han ido produciendo en estos últimos años y que restan ingresos por valor de miles de euros, a los Ayuntamientos, en estos momentos de profunda crisis y que puede estar vulnerando el principio de igualdad que exige la Constitución española.


Indicar que Martinez Camino miente y demuestra su analfabetismo social y normativo, al mezclar Cáritas, de forma torticera, para desviar la atención de la ciudadanía.


La IC percibe (puntual y religiosamente) para la financiación del culto, el clero, la publicidad y el proselitismo religioso, casi 250 millones/año y para asociaciones religiosas de interés social más de 100 millones de €, procedentes del IRPF de todos los contribuyentes. Europa Laica está preparando la Campaña del IRPF de 2011, para exigir que desaparezca la casilla del impreso de la renta y la asignación a la IC por esta vía. La IC recibe del Estado directamente o por la vía de las exenciones de impuestos, más de diez mil millones de €, al año.

Francisco Delgado. Presidente de Europa Laica

Página en ACTUABLE:

miércoles, 15 de febrero de 2012

Gea la maltratada


Maldita la suerte que tuvo este planeta el día que sobre su faz apareció la especie animal mal llamada “Homo Sapiens”. Esta afirmación que ahora todavía a muchos les puede parecer exagerada, será a la vuelta de la esquina, probablemente, una verdad incontrovertible.

¿Qué tiene de sabia una especie que camina desde hace al menos varios cientos de años en línea recta hacia su autodestrucción? Para los optimistas hay que decir que, quizás sea cierto, la causa no es la especie en sí sino el sistema económico que esa especie se ha dado a sí misma como organización. Pero ¿es que vamos a ser capaces de cambiarlo a tiempo?

Ha habido algún intento radical de modificar este sistema económico. Y ha habido también algunos intentos de reformas internas para hacerlo un poco menos salvaje. Todo ha fracasado. El capitalismo lleva en sí mismo el germen de la muerte. Su voracidad no tiene límites, y es que el capital es ciego, y es ciego porque no mira, y no mira porque no ve nada más allá de las “posibilidades de negocio”. Si de algo se puede sacar beneficio, adelante. Si no, que espere.

El desarrollo que creemos vivir es muy engañoso. La posesión de una gran cantidad de objetos de consumo no nos hace más felices. De hecho consumimos porque la publicidad nos crea la necesidad, la pulsión de hacerlo. Inmediatamente después de poseer el nuevo objeto ya estamos deseando otro. Y es que la máquina no puede parar. Dicen que el capitalismo es como una bicicleta: no puede parar porque se caería. No me gusta para nada comparar al capitalismo con ese invento, uno de los más grandes de la humanidad, pero en todo caso, digo yo, habrá que cambiar de dirección y de bicicleta.

Y es que el capitalismo no produce para satisfacer necesidades; sólo produce para vender. Antes de vender crea una falsa necesidad. Por contra, las verdaderas necesidades no son cubiertas si no van a dar lugar a beneficios.

Otra cualidad del capitalismo es su falta de visión de futuro. Sólo es capaz de ver en el horizonte de una cuenta de resultados. Para aumentar esa cuenta de resultados, esquilma y destruye todo lo que haga falta.

La Tierra se ha quedado pequeña; literalmente, ya no nos alcanza. Al planeta Tierra le faltan hectáreas de tierra, hectáreas de mar, hectáreas de bosque, para poder mantener el nivel de consumo actual. Estamos viviendo de las rentas que recibimos del pasado. El petróleo es singularmente, el bien que más claramente nos muestra lo que es o ha sido ese vivir de las rentas. El gran desarrollo del capitalismo de los últimos 150 años se ha debido a la disposición de energía fósil barata. Una energía que tardó millones de años en almacenarse y que nosotros vamos a agotar en nuestra generación.

Lo peor del “homo sapiens” es su codicia. Ese sí que es el pecado original de la humanidad. Deberíamos dejar de ver las entrañas de la Tierra como una fuente de riqueza, y en todo caso abordar su explotación con el único objetivo del bien común y mediante una estrategia conservacionista.

Y deberíamos acompasar nuestro ritmo vital al ritmo natural de entrada de energía en el planeta. Todo lo que somos se lo debemos al Sol. Deberíamos recordarlo.

El planeta Tierra lleva 4.500 millones de años a la distancia justa y apropiada de su estrella para, tras una muy lenta evolución, haberse convertido en un maravilloso paraíso.

Varios cientos de años de capitalismo salvaje van a destruir este paraíso para siempre.

sábado, 4 de febrero de 2012

Educación para una ciudadanía democrática

Mientras en Europa se promueve y se aprueba la llamada “Carta del Consejo de Europa sobre educación para la ciudadanía democrática y educación en derechos humanos” (Recomendación CM/ Rec[2010]7 adoptada en sesión de 11 de mayo de 2010 del Comité de Ministros del Consejo de Europa), en España, nada más tomar la vara de mando, el triunfante PP ordena  desandar lo poco andado en esta materia por estos pagos.

Una de las primeras instrucciones del nuevo Ministro de Educación Jose Ignacio Wert ha sido la de eliminar de los planes de estudio la asignatura de “Educación para la ciudadanía” y sustituirla por otra denominada “Educación Cívica y Constitucional”, una asignatura, ésta, que promete estará "libre de cuestiones controvertidas y susceptibles de adoctrinamiento ideológico".

¿Desde cuando el PP ha sido capaz de renunciar al adoctrinamiento ideológico? ¿No se esconde tras la mayoría de los conflictos surgidos en torno al contenido de los programas educativos en España la presión del lobby (y la doctrina) de la Conferencia Episcopal?

¿No es la rancia derecha de este país la que siempre se ha mostrado rígidamente incapaz de asumir que hay muchas, libres y variadas formas de entender y organizar la propia vida?

¿No son ellos los que pretenden constantemente imponer a los demás su concepción sobre, por ejemplo, la formas posibles de establecer relaciones de pareja, de tomar decisiones apropiadas sobre la maternidad-paternidad, de formarse una concepción propia del sentido de la vida más allá o más acá de las creencias religiosas al uso?

¿A que tienen tanto miedo?

Yo os lo diré: a la existencia de ciudadanos auténticamente libres que se atrevan a poner en duda el orden tradicional de las cosas; a la existencia de personas que osen iniciar la construcción de sus sueños; a la posibilidad de que este mundo y su injusto estado de cosas cambien.


Es miedo a pensar. Es miedo a perder. Es miedo al futuro.


PD:

El PSOE nunca se atrevió a meterle mano verdaderamente al problema de la educación religiosa en los colegios. A lo poco que se atrevió fue a desarrollar esa asignatura de Educación para la ciudadanía. Lo cierto es que con dinero público se sigue pagando a los que, estos sí, continúan adoctrinando a todos con sus particulares creencias.

Hoy, en el congreso que ha celebrado el partido socialista para elegir a su nuevo Secretarix General se ha oído a ambos candidatxs hablar de laicismo. ¿Ahora? A buenas horas mangas verdes.

No; no podrán ser ellos. Ha quedado demostrado que habrán de ser otros los que algún día emprendan la decidida acción de extraer la doctrina religiosa de los colegios. Y habrá de hacerse eliminando la enseñanza de la religión del horario lectivo de los colegios públicos, y eliminando las subvenciones a los colegios religiosos con dinero público.

domingo, 22 de enero de 2012

Plataforma contra la incineración en ASLAND

COLECTIVOS CIUDADANOS, ORGANIZACIONES ECOLOGISTAS Y PARTIDOS POLÍTICOS CONSTITUYEN UNA PLATAFORMA PARA COORDINAR LAS ACCIONES INFORMATIVAS Y LAS MOVILIZACIONES CIUDADANAS QUE IMPIDAN A LA CEMENTERA COSMOS INCINERAR RESIDUOS EN LA FÁBRICA DE CÓRDOBA

Córdoba, 22 de enero de 2012


Diferentes colectivos ciudadanos, organizaciones ecologistas y partidos políticos han constituido una plataforma para coordinar las acciones informativas y las movilizaciones ciudadanas que impidan a la cementera Cosmos iniciar la actividad de incineración de neumáticos, plásticos y lodos de depuradora que anunció públicamente el pasado mes de diciembre.

La plataforma cuenta con la presencia de asociaciones de la zona de Levante (asociación de vecinos ; La Algodonera de Cepansa;, Comunidad de propietarios Plaza escultor Ruiz Olmos, asociación de vecinos Amanecer de Fátima yConsejo de Distrito de Levante), Norte (asamblea Norte del movimiento 15M y asociación vecinal Valdeolleros) y centro de la ciudad (Asociación de vecinos Torre de la Malmuerta), pues las emisiones de la cementera llegan tanto a las viviendas próximas como a otros distritos de la ciudad empujadas por los vientos dominantes en la zona.

Forman parte también de la plataforma la coordinadora de colectivos sociales Córdoba Solidaria, la Federación de asociaciones vecinales Al Zahara, Ecologistas en Acción y los partidos políticos EQUO, Izquierda Unida y el Partido Andalucista.

La plataforma, que cuenta con la adhesión de los 13 colectivos indicados, espera que a la misma se sumen próximamente otros colectivos que así lo han anunciado pero que están pendientes de que sus respectivos órganos de gobierno ratifiquen la adhesión a la misma.

Como primeras medidas la plataforma ha convocado un acto informativo, que se celebrará el próximo día 27 de enero en el salón de actos de la comunidad de propietarios de la plaza escultor Ruiz Olmos. Esta es la urbanización que se encuentra más cerca de la fábrica de cemento y la que en consecuencia sufre más directamente las molestias ocasionadas por esta industria.

Forman parte de esta Plataforma:
  • Asamblea Norte movimiento 15M
  • Asociación de vecinos la Algodonera de Cepansa
  • Asociación de vecinos Amanecer de Fátima
  • Asociación de vecinos Torre de la Malmuerta
  • Asociación vecinal Valdeolleros
  • Comunidad de propietarios Plaza escultor Ruiz Olmos
  • Consejo de Distrito de Levante
  • Coordinadora de colectivos sociales CÓRDOBA SOLIDARIA
  • Ecologistas en Acción Córdoba
  • Federación de asociaciones vecinales AL ZAHARA
  • EQUO
  • Izquierda Unida
  • Partido Andalucista

miércoles, 18 de enero de 2012

También yo estoy en contra de la SOPA


La Stop Online Piracy Act (SOPA, por sus siglas) fue presentada ante el Congreso estadounidense por el diputado republicano por el estado de Texas Lamar Smith. Dicha ley tiene por objeto mejorar la protección de la propiedad intelectual en internet. Sin embargo, bajo dicho argumento se pretenden limitar muchas de las libertades que hasta ahora han gozado los usuarios de internet. Ya que los medios empleados promoverán la censura y limitarán la inovación. (tomado de la wikipedia)
Para saber más sobre SOPA en Derechoaleer.org con ayuda de Mafalda-Quino

martes, 17 de enero de 2012

Ruido en la Red

Hay personas que saben ver el futuro. No me estoy refiriendo, por supuesto, a los embaucadores del horóscopo, etc. No, me refiero a esas privilegiadas mentes científicas que saben ver lo que viene analizando lo que hay.

Hace 15 años Alfons Cornellá empleó por primera vez el término “infoxicación” que definió como una intoxicación por exceso de información, es decir, una incapacidad efectiva de asimilar toda la información que se recibe. En realidad, algo más de 25 años antes, Alvin Toffler en su libro Future Shock ya hablaba de la information overload.

Ambos son, o fueron, ese tipo de personas que supo ver lo que venía.

La información que genera el sistema crece a una velocidad mucho mayor del ritmo al que podemos asimilarla. Según algunos datos que daba Cornellá en una conferencia del año 2000 titulada “Cómo sobrevivir a la infoxicación”, un ciudadano medio norteamericano tenía acceso en los años 60 a unas 18 estaciones de radio, 4 canales de televisión y 4.500 títulos de revistas. Hace 11 años (y sin lugar a dudas que ahora las cifras son muchísimo más elevadas) el mismo ciudadano tenía acceso a 18.000 títulos de revistas, 20 millones de sitios en Internet, 2.400 millones de estaciones de radio en Internet, etc, etc, etc.

Desde la implosión de las redes sociales tipo facebook y sobre todo twitter (en mucho mayor medida de lo que ya ocurriera antes con los blogs) cualquier persona puede convertirse en una fuente de información con capacidad potencial para llegar a varios miles de millones de personas en todo el mundo.

No sé vosotros, pero yo recibo al día unos 50 emailes en mi cuenta personal, otros 50 en mi cuenta del trabajo, y unos 15 o 20 en otra cuenta de correo que uso sólo para las cosas de mi partido. Hay otras varias cuentas que ya nunca abro.

Pero es que además están las notificaciones en Facebook, y sobre todo están los tweets, los mensajes lanzados en Twitter. Yo sólo sigo actualmente a 98 personas; bueno, personas y grupos, instituciones, etc. Pues bien, esas 98 “personas” generan más de 500 tweets diarios que soy incapaz de leer, y sobre todo, de asimilar. No sé cómo hacen los que siguen a varios cientos de personas.

El problema, como dice Cornellá, no es tecnológico. El problema con el que nos enfrentamos es de orden cultural o psicológico, sociológico. Y el problema, añado yo, es también de orden político. El exceso de información está dando a lugar de manera indirecta a ciudadanos cada vez más volátiles, y por ello, más fáciles de manipular. Creemos estar muy bien informados, y lo estamos, de cosas que ocurren en lugares muy distantes del mundo, pero eso da lugar a que frecuentemente no estemos informados de lo que pasa a nuestro lado. Es fácil que mientras firmamos por la defensa de ríos en Ecuador o de bosques en Brasil no nos estemos enterando de la lucha de los trabajadores de la última fábrica cerrada en nuestro entorno.

Es cierto que las nuevas tecnologías y herramientas de la información pueden también ser, y son, muy bien aprovechadas por los grupos críticos con el sistema. A través de esas herramientas (Actuable, Avaaz, etc) nos están llegando constantemente reclamos para nuestra intervención. Y a menudo se logra una reacción exitosa de la opinión pública frente a una tropelía. Pero esa misma velocidad de generación de nuevos reclamos da lugar a que los olvidemos rápidamente.¿quién se acuerda ya de Wikileaks, por ejemplo? o ¿qué ha pasado con el movimiento 15M?

Puedo pareceros pesimista, pero mientras creímos que la información nos haría libres, lo que ha ocurrido es que el exceso de información nos puede estar haciendo más manejables.

No olvidéis ser críticos.


Estos son los cientos de tweets que tengo que leer cada día

miércoles, 21 de diciembre de 2011

“Homo videns”; el hombre televidente

Por el título de esta entrada alguno ya habrá intuido que voy a hablar, si es que lo conoce, del libro “Homo videns. La sociedad teledirigida”, del italiano Giovanni Satori.

Acabo de leer esta obra (no muy actual por cierto, pues es del año 1998), con motivo de mi participación en los clubes de lectura de ensayo de la Red Municipal de Bibliotecas de Córdoba.

Tengo que decir que la tesis de este autor es cuando menos provocadora y sugerente, aunque también, inexacta por exagerada. No otra cosa sino exageradas resultan algunas afirmaciones de Sartori como las que siguen: “la televisión modifica radicalmente y empobrece el aparato cognoscitivo del homo sapiens”; o un poco más adelante: “estoy más convencido que nunca de la tesis de que nos encontramos en un momento de mutación genética”.

¿Mutación genética?. Venga, por favor, no será para tanto.

Coincido con el autor en muchas de las cosas que comenta en su obra. En otras, en cambio, resulta muy desfasado, como cuando habla de los ordenadores y la cultura de internet. En este terreno, por ejemplo, Sartori opina que la televisión y los ordenadores son muy diferentes porque: “(...) la tv nos muestra imágenes de cosas reales, es fotografía y cinematografía de lo que existe. Por el contrario, el ordenador cibernético (sic) nos enseña imágenes imaginarias”.

No creo que esa sea una diferencia real. Creo más bien que los ordenadores, la consecuente revolución de las telecomunicaciones y el acceso universal e inmediato a toda clase de contenidos, han dado lugar a un cambio mucho más importante, y quizás más grave, que tiene que ver con la cadena: inmediatez de los actos → discontinuidad de los procesos → inconsistencia y futilidad de los pensamientos.

Tengo bastantes esperanzas en que se me aclaren estas ideas próximamente cuando, como es mi intención, lea la obra de Nicholas Carr: Superficiales: ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?. Tendréis noticia de ello.

Pero volviendo al homo videns, creo que Sartori, como otros muchos antes en muchas otras ocasiones (y así seguirá ocurriendo), confunde el medio o la herramienta en sí, con su uso. Yo opino que la televisión, es decir, la visión transmitida a distancia a través de un proceso que requiere la participación de aparatos emisores de ondas y de aparatos receptores de las mismas ondas, es básicamente un avance tecnológico. De hecho, un gran avance tecnológico muy útil para la especie humana. Lo que no está tan claro es que el uso que se hace de la televisión, es decir, su instrumentación, esté siendo positiva para la humanidad. Es decir, que lo que hay que analizar y criticar no es la técnica de la visión teletransmitida, como hace Sartori, sino su uso concreto por este sistema y por las grandes cadenas estatales o privadas de TV, cadenas por otra parte, cada vez más concentradas en manos de menos gente. En realidad, como tantos otros sectores de la industria de la información y el entretenimiento, ¿no es así?.

Cuando hablamos de “telebasura”, y está claro que gran parte de la televisión es basura, hablamos de la instrumentación, no de la técnica. De hecho todo el mundo es consciente de que la televisión, en ocasiones, puede brindar magníficos programas.

Hay algo muy cierto en la argumentación de Sartori y es que frente a la lectura, que implica un cierto esfuerzo, la visión de imágenes a través de la tv es de consumo fácil y favorece las actitudes estrictamente receptivas, no participativas. Aunque en este sentido, habría que preguntarse por qué no incluye Sartori en esta crítica también al cine.

En fin, tiene razón Sartori cuando afirma que la lectura implica un uso del intelecto y un esfuerzo en la construcción de imágenes mentales que no es necesario con el consumo de imágenes en una pantalla. Ese uso del intelecto en la lectura, es cierto, favorece y amplía la capacidad de abstracción. Pero tendría que aceptar Sartori que el consumo de imágenes en pantalla desarrolla en cambio otras capacidades cognoscitivas. No hay más que ver cómo se ha desarrollado en los jóvenes de hoy en día, acostumbrados como están desde niños al consumo de televisión y juegos de ordenador, la capacidad de orientación espacial y de interpretación de espacios virtuales.

No estoy intentando ni mucho menos, defender aquí la televisión tal como es actualmente. En todo caso creo que en España en los últimos tiempos ha mejorado bastante con la nueva ley que ha permitido a las cadenas públicas estatales no depender de los niveles de audiencia ni de la publicidad. Con ello se han librado de la necesidad de competir con esos programas de consumo popular y escasísimo nivel intelectual tan frecuentes en otras cadenas.

En resumidas cuentas, en mi opinión, creo que la televisión puede ser un instrumento muy útil tanto para la información como para la formación y el desarrollo cultural de las personas, pero también puede ser así mismo (quizás lo esté siendo) un instrumento muy práctico para el adoctrinamiento y la alienación de los individuos.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Derechos Humanos Universales. 63 años de espera



¿Alcanzaremos a ver algún día que los llamados "derechos humanos universales" lleguen a ser verdaderamente universales?
En todo caso, como dice Galeano, nunca nos arrebatarán el derecho a soñar.